dron volador

Cada vez más cámaras nos vigilan desde el aire. No pertenecen ni a la Policía ni al CNI, sino que tus propios vecinos son los propietarios de estos aeromodelos. Los vehículos aéreos no tripulados se han puesto de moda en los últimos meses, y no son pocos los que quieren obtener los mejores planos cenitales con la cámara que lleva incorporada su dron de pequeño tamaño.

Pese a los innumerables usos que se puede dar a estos robots voladores (en los últimos meses se han utilizado para tareas tan diversas como la inspección de cultivos, labores de rescate e incluso detección de evasores fiscales), los drones también pueden suponen una amenaza para la seguridad, ya que son difíciles de detectar y detener.

Hace tan solo unos días, el Servicio Secreto de Estados Unidos abrió una investigación después de encontrar un cuadricóptero comercial en la Casa Blanca. Aunque no era propiedad de ningún delincuente, sino de un empleado gubernamental que sobrepasó sin darse cuenta el recinto, este suceso preocupó y mucho, ya que tan solo hacía cuatro meses que un hombre había logrado saltar la reja exterior de la mansión presidencial.

En EE.UU. cada vez hay una mayor preocupación por la seguridad de estos vehículos aéreos, y las autoridades estadounidenses (que llevan años utilizando UAVs de gran tamaño con fines bélicos) temen que estos drones sean modificados para albergar como carga útil explosivos o armas químicas.

dron

Al principio, solo se reclamaba que no volaran cerca de otras aeronaves, aeropuertos o zonas congestionadas (en España, por ejemplo, estas aeronaves tienen que operar a 8 kilómetros de los aeródromos), pero en los últimos meses ha crecido la preocupación por los problemas de seguridad y privacidad que conlleva que estas aeronaves estén continuamente grabando desde el aire. ¿Se pueden utilizar los pequeños drones para el espionaje a pequeña escala?

DJI Technology Co., el fabricante chino del dron que se estrelló en la Casa Blanca y uno de los mayores del mundo, ha anunciado que planea modificar el software de sus drones para evitar que sobrevuelen Washington. La compañía también planea impedir que estos vehículos crucen las fronteras nacionales, ya que se han encontrado drones cargados con drogas en la fronteras entre México y Estados Unidos.

Pero, ¿se toman las suficientes precauciones para impedir que los cibercriminales se burlen del nuevo software? Según publica ‘The Wall Street Journal, algunos expertos en seguridad ya han señalado que sería relativamente sencillo para algunos programadores desactivar esas zonas de exclusión aérea. “Hay más cosas que toda la industria podría estar haciendo para mejorar la seguridad en general de los drones”, ha declarado Michael Perry, un portavoz de DJI Technology.

Los hackers ya han demostrado que estas preocupaciones tienen su fundamento: ya se ha creado el primer malware para drones, Maldrone. El experto en seguridad Rahul Sasi ha descubierto un ‘backdoor’ para el modelo de cuadricóptero Parrot AR, uno de los más populares. Un ‘backdoor’ es un programa que se introduce en el ordenador de manera encubierta y que aparenta ser inofensivo, pero que, sin embargo, es capaz de controlar el dron usando los datos de sus sensores a través del acceso a sus puertos serie. Rahul Sasi ya ha publicado incluso una ‘demo’ de este polémico malware con todos los detalles.

“Una vez que la conexión está establecida, podemos interactuar con el software así como con los ‘drivers’ y sensores del dron directamente. Existe un programa de pilotaje de AR drone. Nuestros ‘backdoors’ detienen el control automático y toman el control “, ha señalado Sasi.

Este experto en seguridad no es el único que se está planteando la existencia de agujeros de seguridad de los drones. Recientemente se ha celebrado en Santa Cruz de Tenerife un congreso de ciberseguridad, Hackron, en el que se invitaba a los asistentes a hackear un dron, con un premio de 200 euros.

¿Qué pasará si son los ciberdelicuentes los que deciden comenzar a atacar los drones? ¿Están ya echándose a temblar los fabricantes de drones? Aunque habrá que esperar para poder responder a estas preguntas, lo que parece claro es que la seguridad informática no abarca ya solo ordenadores y smartphones, sino que se ha convertido en una preocupación de altos vuelos.