La domótica, la tecnología de las casas inteligentes (o smart homes) es cada vez más popular. Las bombillas, los asistentes y los termostatos inteligentes integrados por todo el hogar están diseñados para hacernos la vida más fácil y también para que ahorremos en la factura de la luz.

Si bien el coste inicial puede ser más del cuádruple que en no conectados, a largo plazo algunos análisis apuntan a que la instalación y el mantenimiento de sistemas inteligentes también pueden ahorrar dinero a los consumidores, ya que reducen hasta un 13% las primas del seguro de hogar. 

Las dos caras de la moneda

Más allá del equilibrio económico, los usuarios que decidan conectar su casa al Internet de las Cosas (IoT) deben tener en cuenta algunos consejos de seguridad. Porque si los dispositivos domésticos inteligentes pueden facilitar la vida, también crean la posibilidad de que tu casa sea hackeada. Al conectar a Internet dispositivos inteligentes como luces, cámaras, cerraduras de puertas y termostatos, puede estar haciéndolos visibles a cibercriminales o hackers.

Así que, como con cualquier dispositivo conectado a Internet, es esencial tomar precauciones. No obstante, aplicando ciertos principios de seguridad con unas sencillas medidas puedes reducir los riesgos. 

Los principios de seguridad

  • Protege tu red con contraseñas seguras.

    Si no proteges tu red Wi-Fi con una contraseña, o si sólo utilizas la contraseña predeterminada que viene con el módem o router, tus dispositivos están expuestos. Asegúrate de que las cuentas de correo electrónico que controlan los dispositivos también son seguras y utiliza contraseñas únicas para todos. Eso sí: en algunos casos recordar un gran número de contraseñas puede ser problemático, por lo que puedes utilizar un gestor de contraseñas.

  • Mantén la seguridad de tu red Wi-Fi.

    Además, puedes añadir otra capa de protección aislando tus dispositivos domésticos inteligentes de tus ordenadores y smartphones mediante una red de invitados, separada de la principal, una opción habitual disponible en la mayoría de routers. Cuando los invitados se conectan a tu Wi-Fi principal, se llevan consigo la información de tu red en sus dispositivos, lo que puede comprometer la seguridad.

  • Presta atención a qué dispositivos están conectados a Internet.

    Hoy muchos de los nuevos electrodomésticos, desde grifos hasta ollas express y microondas, disponen de conexión Wi-Fi. Pero los expertos recuerdan que el hecho de que algo pueda conectarse a Internet no significa que debas hacerlo. Sobre todo si es poco probable que vayas a controlarlo mediante una aplicación conectada.

  • Elige marcas de confianza.

    Los expertos en seguridad coinciden en que lo mejor es elegir dispositivos inteligentes de marcas conocidas, empresas que tienen experiencia contrastada en la protección de sistemas e infraestructuras. Eso significa que probablemente tienen la capacidad de emplear mejores medidas de seguridad al diseñar sus productos. Y, a diferencia de las marcas desconocidas o de nueva creación, es de esperar que publiquen parches y correcciones de software si se descubren vulnerabilidades.

  • Protecciones adicionales.

    Algunas empresas ofrecen ahora un sistema de verificación para controlar el acceso a los dispositivos, llamado autenticación de dos factores. Cuando intentas entrar en una aplicación, se envía un código de un solo uso a otro de tus dispositivos, que luego hay que introducir en la aplicación original. No es perfecto, pero hace prácticamente imposible que un intruso acceda a tus cuentas. Además, muchos fabricantes te permiten optar por las actualizaciones automáticas de hardware y software. Esto es algo que garantizará que se instalen las últimas correcciones para reparar las vulnerabilidades de seguridad.

  • Reinicia con la configuración de fábrica todos los dispositivos antes de venderlos.

    Es una forma de asegurarte que tu contraseña Wi-Fi y otros datos personales no quedan almacenados en tu antigua cámara, enchufe o bombilla inteligentes. Antes de vender o reciclar cualquier dispositivo, asegúrate de hacer primero un restablecimiento de fábrica. Algunos dispositivos simplemente requieren pulsar un botón en el propio aparato, mientras que otros permiten hacerlo desde la aplicación. En cualquier caso, verifica que tu información ya no está disponible a través de la aplicación.