Las redes privadas virtuales (VPN) y los servidores proxy tienen un elemento en común: ambos sirven para conectarte a equipos remotos. Pero ahí se acaban las similitudes, ya que son dos elementos diferentes que llevan a cabo su tarea mediante métodos distintos y que no ofrecen el mismo grado de privacidad y encriptación.

¿Qué es una VPN?

Las VPN sirven como un túnel virtual encriptado entre el servidor host y tu dispositivo, para que puedas realizar tus actividades en Internet de forma protegida. Las VPN se configuran a nivel de sistema operativo, en una red que captura toda conexión que salga de tu equipo. Esto significa que a diferencia de un servidor proxy (que simplemente actúa como un intermediario para una sola aplicación) las VPN capturarán el tráfico de cada una de las aplicaciones de tu dispositivo: desde tu navegador web hasta tus juegos online pasando por las actualizaciones de sistema que se ejecutan en segundo plano.

Cualquier actividad no podrá ser vista por nadie más que por el servidor host VPN, gracias a una potente encriptación. Esto es algo especialmente importante cuando se utilizan equipos móviles que a menudo se conectan a una WiFi pública, como las de hoteles y aeropuertos, que no siempre son seguras. Por eso muchas empresas utilizan estas redes virtuales para que los empleados tengan acceso a su propia intranet local o red corporativa cuando están fuera de la oficina. Una VPN se puede utilizar en cualquier dispositivo que tenga instalado el cliente, por lo que no importa la ubicación del usuario.

¿Qué es un servidor proxy?

Un servidor proxy es un intermediario en las peticiones de recursos entre tu ordenador e Internet. Cuando te conectas a un proxy, tu actividad aparecerá como si viniera de su dirección IP, en lugar de la tuya. Por esta razón, los proxy se han venido utilizando para superar las restricciones geográficas, una característica que comparte con las VPN, aunque precisamente ahí es donde las similitudes se detienen. En lugar de que el tráfico entre tu dispositivo y el servidor host se oculte detrás de un túnel encriptado, en los proxy permanece en su mayor parte abierto, lo que significa que cualquier persona con las herramientas adecuadas podría tener acceso a tu tráfico de Internet.

Hay dos protocolos diferentes que los servidores proxy utilizan para conectarse a Internet: HTTP y SOCKS. Los proxy HTTP existen desde hace décadas y son los más fáciles y rápidos de usar. Este tipo se utiliza exclusivamente para navegación, ya que sólo se pueden utilizar para acceder a sitios web. Por otro lado los proxy Socket Secure (SOCKS) están más orientados al tráfico de Internet más allá del tráfico HTTP de su navegador. Se utilizan popularmente para servicios torrent o para conectarse a servidores FTP y web.

¿Cuál es mejor?

Antes de trabajar con cualquiera de estas herramientas, recuerda que en esta era de amenazas contra la privacidad, nada es completamente seguro. Dicho esto, en la mayoría de métricas una VPN supera a un proxy, tanto a nivel de privacidad como de seguridad. Con ellas no sólo obtienes un cifrado sólido en todo el tráfico de Internet que viene de tu ordenador, sino que además puedes eludir georestricciones y tus intercambios son completamente privado. En líneas generales un proxy sólo es adecuado para acciones de navegación superficial, sin uso de información personal.

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