Cómo los asistendes del hogar como Amazon Echo o Google Home aumentan tu riesgo de recibir un ciberataque.

Los asistentes del hogar se están convirtiendo en nuestros habituales compañeros de piso. Aunque todavía son una novedad para muchos, los Apple HomePod, Amazon Echo, Google Home e incluso los dispositivos de Movistar se convertirán en ‘un electrodoméstico más’ en todos los hogares del mundo dentro de muy poco tiempo.

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Pese a los miles de millones de euros que ha costado su desarrollo, son dispositivos vulnerables en lo que respecta a la ciberseguridad. “A priori, no se trata de ningún error por parte de sus desarrolladores. Lo que ocurre cada vez que el uso de una tecnología se convierte o va a convertirse en masivo es que los ciberdelincuentes vuelcan todos sus esfuerzos en encontrar vulnerabilidades. Así, consiguen sacar rendimientos económicos en forma de robos y extorsiones”, advierte Hervé Lambert, Consumer Global Operations Manager de Panda Security.

Si a este hecho unimos que estos dispositivos se conectan a otros que ya tenemos en casa, el cóctel puede volverse explosivo. Es decir, los hackers no necesitan vulnerar la seguridad de un Apple HomePod, un Amazon Echo, un Google Home o un Movistar Home para ‘entrar en nuestras casas’. Con acceder a las típicas webcams para ver si los niños están dormidos o a cualquier dispositivo con bluetooth, como unos auriculares, los cibercriminales podrían entrar en estos asistentes del hogar para utilizarlos a su antojo.

Si lo consiguen, los hackers podrán servirse de otros aparatos con menor ciberseguridad para, por ejemplo, hacer pedidos a Amazon, encender o apagar las luces cuando no estemos en casa o incluso desactivar la alarma de nuestra casa aunque estuviera correctamente configurada.

“Cuando una tecnología va a convertirse en masiva, los ciberdelincuentes vuelcan sus esfuerzos en encontrar vulnerabilidades”

Por otro lado, la tecnología que hace funcionar a estos asistentes digitales del hogar se basa en la Inteligencia Artificial. Así, los dispositivos guardan todo el historial de peticiones que se les va haciendo para que sean más ‘inteligentes’ y se anticipen a las necesidades de sus usuarios. Sin embargo, el riesgo consiste en que toda esa información se almacena en la nube de los fabricantes de estos dispositivos. Y, aunque son muy seguros siempre existe el riesgo de que un hacker consiga vulnerar el Wi-Fi de nuestra casa e intercepte esos mensajes.

Si eso llegase a ocurrir, los hackers podrían volver a utilizar esos mensajes para interferir en la temperatura o la iluminación de nuestras casas. Pero también les permitiría saber cuándo estamos en casa, o saber información privada sobre nuestros hábitos y costumbres.

Otro de los riesgos son los ‘ataques delfín’ (del inglés Dolphin Attacks) que pueden sufrir los altavoces inteligentes y asistentes de voz. Por medio de este ciberataque los delincuentes son capaces de generar un sonido imperceptible para el oído humano que, sin embargo, se traduce en un comando de voz en estos dispositivos.

Más de 100 millones de dispositivos Alexa se vendieron solamente en el año 2020, y más de 50 millones de hogares cuentan con aparatos Google Home. Por eso y, aunque sabemos que estas compañías se toman muy en serio la seguridad, es crucial entender que sus dispositivos son tan vulnerables como nuestros ordenadores o móviles. Por ello, hay que tratar toda la información que se maneje con ellos con la mayor precaución posible. Si, además, añadimos una capa de seguridad que vigile a estos dispositivos, pero también a todas nuestras conexiones a Internet, conseguiremos minimizar estos riesgos.