El pasado 26 de abril nos despertábamos con la noticia de que el multimillonario Elon Musk adquiría la red social de Twitter por 44 mil millones de dólares (más de 40 mil millones de euros). A la espera de la respuesta afirmativa por parte de los accionistas de la plataforma, la transacción se prevé tendrá lugar a finales de este año y pasará a ser privatizada.

La primera batalla de Musk empezará por la limpieza de cuentas falsas, así lo dejó reflejado entre las peticiones del acuerdo de compra. Recordemos que en esta red social es famosa por haber sido instrumento de todo tipo ciberestafas, difamaciones y un escenario perfecto de controversias y opiniones de fuego político.

Sin embargo, el nuevo dueño de Twitter ha dejado claro que su principal intención es “desbloquear” la libertad de expresión. El año pasado, la red social vetó la cuenta del expresidente Donald Trump, acusado de “incitar a la violencia”. Esta medida ha hecho que aparezcan detractores y simpatizantes, según interpreta cada cual el derecho a la libertad de expresión.  Sea como fuere, su nueva línea directiva tendrá que respetar las reglas en materia de la nueva Ley de Servicios Digitales, enfocada en combatir la desinformación, promulgada por la Unión Europea.

“La responsabilidad de que Internet sea un entorno en el que fluye la información veraz recae en todos: tanto en los organismos públicos como en las empresas privadas. Es imprescindible un consenso público-privado que, en lugar de ralentizar el crecimiento de las tecnologías, abogue por la creación de un espacio europeo tecnológico a corto y largo plazo”, explica Hervé Lambert, Global Consumer Operations Manager de Panda Security.

“Habrá que esperar a ver en qué se materializan realmente los cambios del empresario Elon Musk. Desde luego, empezar por combatir la desinformación y los ciberdelitos a través de una limpieza total de cuentas falsas, podría ser un muy buen primer paso… No obstante, todos estos cambios precisan de tiempo, pero desde luego toda la industria estará observándolo de cerca”, añade Hervé Lambert.

¿Cómo afecta la entrada de Musk en Twitter en materia de ciberseguridad?

El multimillonario se ha comprometido a eliminar las cuentas de bots y a autenticar a todos los usuarios como humanos. Lo que supondría una reducción enorme del riesgo de sufrir ciberdelitos y cerraría las puertas a contenidos maliciosos y malwares.

“Esto sería una gran medida, cómo debería pasar en todas las redes sociales. Tendremos que tener especial cuidado en otras plataformas, donde seguramente los ciberdelincuentes incrementen sus acciones, vía email, sms, etc… Aunque, si obtiene un éxito rotundo en la destrucción de los bots, seguramente su fórmula sería extrapolable para otras plataformas y redes y, por tanto, sería un gran avance para la ciberseguridad”, asegura Hervé Lambert.

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Sin embargo, esta autenticación se haría en el paso del registro en la plataforma, pero una vez creada la cuenta haría falta autenticar si se trata de un humano cada vez que se inicia sesión o si la cuenta pasara a estar gestionada por un bot.

Desde la visión del consumidor, existen dos posturas: la primera sería cooperar en construir esta identidad digital propia y, la segunda, se trata de una postura que defiende más el anonimato en aras de no querer comprometer su privacidad y no ceder ciertos datos personales a terceros.  Twitter también cuenta con una gran cantidad de cuentas anónimas de activistas, denunciantes y disidentes políticos, también de personas normales, a las que les preocupa el uso que se pueda hacer de su información.

Elon Musk podría reunir una ingente cantidad de datos sobre los usuarios. Desde los tweets guardados, los mensajes directos, lista de seguidores, información sobre los contactos de la libreta de dirección del terminal móvil o preferencias de gustos según los anuncios visitados. Esto, sin lugar a dudas, abre el debate sobre la necesidad de construir mejores políticas de identidad digital.

¿Qué cambios albergará la nueva plataforma?

  1. El algoritmo será de código abierto. Lo que supone la descentralización de la plataforma. En palabras de Musk, sería “la plaza pública digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”. La desventaja de esto es que al tratarse de código abierto será más fácil para los ciberdelincuentes explotar sus debilidades y perpetrar sus ataques. Tenemos de referencia el ataque que sufrieron las bibliotecas de código abierto, Log4Shell.
  2. Eliminación de cuentas falsas. Lo que se traduce en evitar que sean robots en vez de humanos los que operen perfiles en la plataforma. Para ello se ampliará la disponibilidad de cuentas de Twitter verificadas.
  3. Publicaciones con contenido más extenso. En la actualidad cada publicación o tweet solo permite una extensión total de 280 caracteres.
  4. Edición del contenido: se podrán editar después de haber sido publicadas.
  5. La foto de perfil podría involucrar tokens no fungibles o NFTS.
  6. Lucha contra “bots de cripto-spam”, especializados en la búsqueda de palabras claves relacionadas con criptomonedas en los tweets para saber a qué usuarios dirigirse con la intención de vaciar sus criptomonedas a través de un falso servicio de atención al cliente.