internet de las cosas

Los analistas llevan tiempo avisando de que el Internet de las Cosas (IoT) tiene visos de convertirse en un elemento fundamental para la transformación de los negocios: su impacto disruptivo terminará influyendo de forma profunda sobre todos los sectores sociales e industriales. Recientemente, la consultora tecnológica Gartner situó esta tecnología como una de las que mayores expectativas generaba (junto a otras como el ‘machine learning’) y estimaba que alcanzaría su grado de madurez dentro de entre 5 y 10 años.

IoT y los retos derivados de una inminente implantación masiva

Pero según esta compañía no hará falta esperar tanto tiempo para ver cómo el Internet de las Cosas empieza a generar cambios a nuestro alrededor: un estudio presentado este mismo mes por el equipo de Gartner vaticina una transformación de la ciberseguridad a dos años vista gracias a esta tecnología. Así, hacia finales de 2017 más del 20% de las compañías contará con servicios de seguridad dedicados a proteger iniciativas empresariales que hagan uso de dispositivos y servicios basados en el Internet de las Cosas (IoT).

Así mismo, Gartner vaticina que las tecnologías de la información y las estrategias de ciberseguridad en su conjunto deberán redefinirse a consecuencia de la adopción masiva de esta tecnología… y de los 26.000 millones de nuevos dispositivos (junto con sus correspondientes servicios y plataformas) que se convertirán en base fundamental del tráfico de datos. Esto, obviamente, multiplicará de manera exponencial el número y alcance de las vulnerabilidades tecnológicas.

Con la implantación masiva del IoT, los gadgets inteligentes perderán importancia como negocio frente a unos sensores omnipresentes (y frente a las enormes cantidades de información que éstos generarán). En breve, las fronteras de lo físico y lo digital procederán a desdibujarse: los bits actuarán como el combustible que permitirá a los dispositivos conectados al IoT cambiar el estado físico de su entorno, e incluso el suyo propio.

internet of things
Gartner pone algunos ejemplos de esto: un sensor que detecta una temperatura demasiado baja en una habitación y la sube automáticamente, u otro reajusta el suministro de fármacos a un paciente en la cama del hospital en base a sus registros médicos. Eso por no mencionar el potencial del IoT para alterar la forma en que conducimos por nuestras carreteras (o, mejor dicho, el modo en que dejaremos de hacerlo).

El gran reto del Internet de las Cosas será la seguridad

Las empresas que apuesten por adoptar el IoT (la demanda de proveedores y clientes terminará empujando a ello) deberán aumentar su conectividad y reajustar sus políticas de mantenimiento. Pero, en todo caso, el gran reto seguirá residiendo en los sistemas de seguridad. Por ello, el Internet de las Cosas está llamado a redibujar las responsabilidades de los profesionales IT en la empresa: las políticas de seguridad deberán empezar a dar cabida a nuevos perfiles y protocolos de actuación, del mismo modo en que ocurrió con la adopción del BYOD o de la tecnología de cloud computing… pero a una escala mucho mayor, y con un impacto aún más visible.

Según afirmaba Ganesh Ramamoorthy, vicepresidente de Gartner: “En última instancia, los requisitos para garantizar la seguridad del Internet de las Cosas serán complejos y obligarán a los CISO (directores de seguridad de la información) a hacer uso de una combinación de enfoques que aúne el cloud computing, las arquitecturas móviles, el control industrial, la automatización y la seguridad física. Sin embargo, descubrirán que pese a la complejidad que introduce la escala de uso del IoT, los principios básicos de seguridad para datos, aplicaciones o redes siguen siendo aplicables”.