El panorama de amenazas cibernéticas evoluciona a una velocidad vertiginosa. Mientras que los cibercriminales son capaces de comprometer un sistema en horas o minutos, la reacción de las compañías suele demorarse meses e incluso años. De hecho, el 18% del nuevo malware permanece sin ser detectado las primeras 24 horas y el 2% sigue así 3 meses después de la infección, según IDG Research. Ante esta situación, la inteligencia artificial se está erigiendo como el aliado estratégico de la seguridad empresarial, reduciendo ese margen de tiempo para la detección de amenazas e incluso anticipándose a ataques que no se han producido.

El tiempo juega en contra de las empresas

Los cibercriminales son conscientes de que la información es el activo más valioso que tienen las empresas en la economía digital y, por eso, aprovechan las abundantes puertas de acceso que han generado los entornos de trabajo hiperconectados. Los métodos de seguridad tradicional están demostrando su incapacidad para proteger a las empresas ante amenazas que crecen en volumen y en sofisticación, dando lugar a una mayor “ventana de oportunidad del malware”. Este concepto, acuñado por Panda, hace referencia al lapso de tiempo entre la aparición de un nuevo virus y su neutralización por parte de los proveedores de seguridad. Como se puede ver en el siguiente gráfico, el 54% de los ataques compromete los sistemas de las empresas en cuestión de horas y, sin embargo, el 31% pasa desapercibido durante al menos un año. Una vez detectado el ataque, la mayoría de las empresas tarda semanas e incluso meses en atajarlo.

Inteligencia artificial al servicio de la seguridad

Es hora de cambiar la forma de abordar la ciberseguridad empresarial. Los métodos tradicionales de antivirus y firewalls se están quedando obsoletos y las amenazas actuales demandan un sistema de protección a la altura. Y que además lo haga rápidamente. La agilidad es fundamental: si tu empresa consigue que sus sistemas sean más difíciles de penetrar, los futuros ataques se dirigirán hacia objetivos más sencillos:. Y aquí es donde entra en juego la inteligencia artificial, supliendo las labores que, de forma manual, resultan inabarcables para poder anticiparse a las amenazas y agujeros de seguridad.

La inteligencia artificial (IA) es la base de la lucha contra el cibercrimen actual. El uso de tecnologías cognitivas mejora la detección de amenazas, acorta los tiempos de respuesta para defenderse y perfecciona las técnicas para distinguir entre intentos reales de sobrepasar el perímetro de seguridad de tu empresa e incidentes que se pueden ignorar por carecer de riesgo.

La inteligencia artificial no sustituirá a los analistas de seguridad, pero los beneficios son claros. Uno de sus usos más interesantes es el machine learning, que permite que la máquina analice cantidades ingentes de datos y aprenda de ellos para detectar patrones de comportamiento. La ventaja es que la máquina siempre aprende y nunca olvida así que, cuantos más datos recoja el sistema de seguridad de la empresa, más inteligente será.

Las amenazas avanzadas no existen

El arma más efectiva de las empresas en su lucha contra el cibercrimen es la capacidad de anticiparse. Por eso, Panda ha aprovechado el tremendo potencial que ofrece la inteligencia artificial para reinterpretar el paradigma de seguridad empresarial con su solución Adaptive Defense 360.

Solo en 2016, ha bloqueado más de 2,3 millones de brechas de seguridad protegiendo más de 1 millón de endpoints y servidores.

Adaptive Defense 360 es una plataforma que utiliza la lógica contextual para revelar patrones de comportamiento malicioso y generar acciones de ciberdefensa avanzada contra amenazas conocidas y desconocidas. Es el primer y único servicio de ciberseguridad que combina tecnologías de protección avanzada (EPP) y funcionalidades de detección y remediación (EDR) con la capacidad de clasificar el 100% de los procesos en ejecución de todos los los endpoints corporativos. De esta forma, es capaz de detectar comportamientos sospechosos, y accionar los sistemas de protección, incluso antes de que sean maliciosos, erradicando cualquier tipo de amenaza que aceche a las empresas.