Si entras en Apple Store o Google Play es posible que encuentres un montón de aplicaciones para ayudarte a llevar la cuenta de tu ciclo menstrual o a seguir tu embarazo. El problema es que muchas de ellas también sirven para vigilar a las usuarias, una cuestión que se ha vuelto aún más sensible en Estados Unidos desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos anuló el caso Roe vs Wade y con él, el derecho al aborto.

Un estudio realizado por Mozilla Privacy revela que, a pesar de las posibles consecuencias, muchas empresas no dudan en vender la información sobre los embarazos al mejor postor. Los investigadores de privacidad de Mozilla han analizado 25 aplicaciones, entre las que se encuentran diez de seguimiento de la menstruación, diez de seguimiento del embarazo y otras cinco aplicaciones de salud con funciones similares. El objetivo era ver qué tratamiento dan a los datos de las usuarias y si están dispuestos a compartirlos, ya sea con fines comerciales o por aplicación de la ley.

De las 25 analizadas, 18 recibieron una calificación de “privacidad no incluida”. La mayoría de las aplicaciones fueron valoradas negativamente por la forma en que almacenaban los datos de las usuarias -a través de servidores internos-, así como por sus políticas de privacidad que en muchos casos reconocían que la información podían ser compartida. De las diez aplicaciones para el embarazo consideradas, ninguna cumplía las normas de privacidad.

En su análisis, los investigadores tuvieron en cuenta la cantidad de información que guardan las aplicaciones y también si éstas mencionan específicamente las políticas relativas a las solicitudes de datos de las fuerzas de seguridad. Mozilla anunció que la mayoría de las aplicaciones no disponían de directrices claras sobre cómo manejar las consultas de la policía, un punto especialmente relevante en países donde las autoridades podrían perseguir a las mujeres por someterse a -o incluso considerar- un aborto.

“Las mejores prácticas de privacidad existen desde hace tiempo, pero la mayoría de las apps de salud reproductiva han decidido ignorarlas”, afirmó Misha Rykov, uno de los responsables del estudio. Los investigadores han criticado especialmente la aplicación de seguimiento de embarazos Sprout Pregnancy, señalando que tenía una política de privacidad muy pobre que sólo se encuentra en sus condiciones de servicio.

En contraste, destacaron aplicaciones que sí obtuvieron buenos resultados. En concreto, propusieron Euki, de la fundación sin ánimo de lucro Women Help Women International, que almacena los datos de la usuaria localmente en los dispositivos. Los investigadores también señalaron que Euki tiene una opción para mostrar datos falsos en pantalla, en caso de que alguien les obligue a abrir la aplicación.

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Un negocio de 400 millones de dólares

Mozilla no es la primera organización que intenta averiguar cuántos datos guardan las aplicaciones ginecológicas sobre sus usuarias, y si están dispuestas a entregar esos datos a la policía para investigar a las mujeres que quieren interrumpir su embarazo. Un análisis de Forbes sobre dos rastreadores de embarazo y ovulación, propiedad de un conglomerado de medios de comunicación de 3.600 millones de dólares, muestra que se reservan el derecho a compartir datos con las fuerzas del orden a su discreción.

Además, esos datos también pueden ser compartidos con brokers. En varios casos, las mujeres que estudian someterse a un aborto han visto su información comercializada y luego usada para crear un perfil que los anunciantes utilizan para bombardearlas con marketing directo. Una buena parte de los datos vendidos por los brokers procedían directamente de usuarias registradas en webs comerciales, otros creaban bases de usuarios mediante el análisis de información de compras.

Aunque algunas aplicaciones han anunciado esfuerzos adicionales en la era post-Roe para proteger los datos, hay muchas maneras de que la información de los usuarias almacenada en los servidores internos de las aplicaciones pueda salir a la luz, ya sea a través de una filtración, de una solicitud de datos de las fuerzas del orden o de una citación judicial. Pese a las reacciones que provocan estos casos cuando salen a la luz, es poco probable que las empresas abandonen el lucrativo negocio de la venta de datos, especialmente cuando se estima que el mercado de productos para el embarazo rondará los 400 millones de dólares en los próximos cinco años.