Publicado por Ana Etxebarría, 10 de noviembre de 2010

Pasé toda mi infancia aprendiendo inglés. No exagero, comencé a los tres años en la guardería haciendo gimnasia mientras cantábamos “head and shoulders, knees and toes…”.

A la hora de decidir una carrera universitaria opté por lo que meor se me daba y elegí una de esas carreras abocadas a generar individuos engrosando las listas del paro: Filología Inglesa .

En la facultad tuve que elegir un segundo idioma extranjero. Elegí alemán. Mucho no aprendí, pero gracias a ello pasé un año inolvidable en Munich, así que considero que la decisión fue la correcta.

Unos cuantos años después puedo decir que me manejo aceptablemente bien en inglés y sería capaz de llamar un taxi, reservar una cena en un restaurante y poco más en alemán.

Pero estamos en 2010 y mis carencias lingüísticas ya no son obstáculo para poder leer una web alemana. Tomemos como ejemplo la página web de mi empresa, parece que hay descuentos en sus productos 2011 , pero poco más os puedo decir.

Ahora bien, Google amablemente nos dice que si queremos nos la traduce. ¿Queremos? Sí, vamos a ver cómo queda.

El resultado no es óptimo, pero es suficientemente bueno dependiendo de lo que estemos buscando.

Sigamos haciendo pruebas.

He copiado un párrafo completo de la descripción de uno de nuestros productos, Panda Global Protection 2011, en Google Translator y le he dado a traducir.

El resultado es “espectacular”. Realmente bueno. Mi conclusión es que ya no hace falta conocer un idioma para leer periódicos, webs, noticias, etc.

Claro, que este tipo de herramienta nunca nos dirá cómo se pronuncian las palabras, ¿o tal vez sí?

Forvo (http://es.forvo.com/)  pronuncia para ti más de 700.000 palabras en los idiomas más comunes y en otros que no lo son no tanto:
Podría seguir hablando de las innumerables aplicaciones de traducción que existen para iPhone o iPad, pero creo que vamos a dejarlo aquí.

Para terminar, mi lectura es que ya no hace falta conocer un idioma para ser capaz de leerlo, pero por supuesto que sigue siendo y será  siempre necesario para tomar un café, intercambiar ideas, o contar cómo te sientes a esa persona que no habla el tuyo. Sigo pensando que elegí una carrera preciosa, y que aunque mi carrera profesional no haya tenido nada que ver con ella, el recuerdo de aquellos años es imborrable. Bye, Tschüss, Adiós!