El proyecto de criptodivisa desarrollado por Facebook ha sido acogido con un rechazo casi unánime por gobiernos y organismos reguladores de todo el mundo. Tal vez por eso Telegram haya decidido apostar por una estrategia mucho más discreta para su moneda digital. Según informa el New York Times, el sistema de mensajería planea poner a disposición de sus usuarios -más de 200 millones en todo el mundo- billeteras digitales en los próximos meses.

Recientemente Telegram habría anunciado a sus inversores sus intenciones de enviar las primeras partidas de Gram, su nueva divisa, a usuarios escogidos para realizar un primer ensayo. Así que, a diferencia de Facebook, que ha ido haciendo públicas todas las etapas de su dinero digital mucho antes de que circule el primer token, Telegram ha actuado lejos de los focos. Ahora se sabe que la plataforma lanzó una campaña de financiación en 2018 con la que recaudó 1.700 millones de dólares de múltiples inversores, incluidas algunas de las mayores empresas de capital de riesgo de Silicon Valley.

Los Grams están destinados a hacer posible la compra y venta de otros productos de Telegram. La compañía también tiene planes para acabar creando una Red Abierta, que espera que albergue nuevos tipos de aplicaciones digitales. Podría haber, por ejemplo, espacios donde los usuarios se den propinas unos a otros por las valoraciones de sus comentarios, o puedan hacer pequeñas apuestas sobre eventos futuros.

La moneda de Facebook está concebida para que su valor sea respaldado por monedas tradicionales, mantenidas en cuentas bancarias, con el fin de estabilizar la divisa. Algo que no ocurriría con el Gram que, según las informaciones desveladas por el rotativo norteamericano, ganará o perderá su valor unicamente en función de lo que la gente esté dispuesta a pagar por él, como ocurre con Bitcoin.

Descentralización

Los responsables de la red social han explicado que el nuevo dinero digital operará con una estructura descentralizada, más similar a la de la mayoría de criptomonedas, lo que podría hacer más fácil eludir las regulaciones gubernamentales. Una vez que las monedas estén disponibles, ni siquiera la propia empresa tendrá control de ese dinero.

Queda por saber, por tanto, cómo acogerán los reguladores este proyecto. Aunque, en general, la postura tanto en EEUU como en la UE es de rechazo, ante la posibilidad de que estas monedas se conviertan en un conducto de financiación irregular, que sirva a criminales y evasores fiscales.

Telegram fue fundada por Pavel Durov, un empresario que huyó de Rusia tras varias disputas con las agencias de seguridad gubernamentales, por cuestiones de seguridad. Finalmente se vio obligado a vender su primera red social VKontakte. La siguiente iniciativa creada por Durov, Telegram, tampoco ha sido vista con buenos ojos por muchos estados, ya que se ha convertido en una forma de comunicación muy popular entre manifestantes de todo el mundo -como está ocurriendo en Hong Kong- al no quedar un registro de los mensajes.

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