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Los de Mountain View parecen estar realmente comprometidos con la seguridad de los internautas. Si ya a lo largo de 2016 han lanzado varias iniciativas con las que penalizar las malas prácticas en materia de seguridad web (o, por el contrario, premiar a los usuarios que siguen sus recomendaciones), ahora se han propuesto señalar claramente aquellas páginas que no solo suponen un peligro para los internautas, sino que, además, son reincidentes.

De hecho, tanto en Chrome, el navegador de la propia compañía, como en Firefox o en Safari, el buscador mostrará una advertencia ante aquellos sitios web en los que se difunda de forma intencionada ‘malware’, así como en aquellas páginas que sean, en realidad, instrumentos para el ‘phishing’.

En realidad, esto es algo que Google ya estaba haciendo. La novedad es que la compañía empezará a tomar medidas contundentes contra aquellos que tratan de saltarse reiteradamente las normas de seguridad. Si habitualmente el buscador da la oportunidad de revisar este aviso (una vez que una web es marcada como peligrosa, sus administradores pueden actualizar la página para eliminar las infracciones en cuestión y que Google retire la advertencia), esta posibilidad será cancelada durante 30 días en algunos casos.

En concreto, se eliminará la opción de solventar los fallos para aquellas webs que soliciten una revisión, realicen ciertos cambios y, acto seguido, vuelvan a llevar a cabo actividades que ponen en peligro la navegación de los usuarios. Para combatir a estos reincidentes que solo modifican sus webs de cara a la galería, Google aplicará mano dura y mantendrá el aviso durante todo un mes, sin posibilidad de levantar el veto en ese tiempo.

Esta noticia tiene, en realidad, un doble filo de cara a las empresas. Por una parte, es indudablemente positivo que los empleados puedan saber a simple vista gracias a Google si están a punto de entrar a una web que puede poner en jaque la seguridad de toda la compañía. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce.

La nueva medida de Google obliga aún más a las compañías a asegurarse de que su web corporativa no supone riesgo alguno para los internautas. De lo contrario, la penalización de los de Mountain View podría suponer un verdadero desastre para la empresa: más allá de poner en peligro la seguridad de los internautas, podría espantar a los futuros clientes.