Su nombre es Evgeniy M. Bogachev, supera apenas la treintena, se sospecha que vive cómodamente en una ciudad rusa a orillas del Mar Muerto junto a su colección de coches de lujo y el FBI ofrece una recompensa de 3 millones de dólares –más de dos millones y medio de euros por capturarlo: no en vano, Bogachev es a día de hoy el ciberdelincuente más buscado del mundo.

Estados Unidos acusa a Bogachev de haber creado una red de ordenadores infectándolos con la intención de desviar cientos de millones de dólares de cuentas bancarias de todo el mundo. En sus ataques, el ciberdelincuente habría convertido en víctimas a usuarios y organizaciones de todo tipo, desde una empresa de control de plagas de Carolina del Norte hasta un departamento de policía del estado de Massachusetts, según informan desde The New York Times.

No obstante, según las sospechas de las agencias estadounidenses, Bogachev es mucho más que un simple ciberdelincuente que se dedica a robar el dinero de cuentas repartidas por todo el planeta. De hecho, también es sospechoso de controlar más de un millón de ordenadores alrededor del mundo, con acceso a fotografías, documentos y todo tipo de información personal y corporativa confidencial. Así, sus delitos se habrían convertido en una oportunidad única para que las agencias de inteligencia rusas espiasen a sus objetivos.

Mientras Bogachev perpetraba sus golpes financieros, las autoridades rusas no solo habrían hecho la vista gorda sino que, además, habrían aprovechado la labor del ciberdelincuente para obtener información de los servicios militares relacionados con los conflictos de Ucrania y Siria, entre otros. Además, las instituciones gubernamentales rusas habrían accedido, según el diario norteamericano, a información de la inteligencia estadounidense.

Por el momento, los ataques llevados a cabo por Bogachev bajo pseudónimos como slavik, lucky12345 o pollingsoon están pasando sin castigo. Por una parte, Rusia no tiene tratado de extradición con Estados Unidos y, además, funcionarios rusos ya han asegurado que, mientras Bogachev no cometa delito alguno en territorio ruso, no habría motivos para detenerlo.

De esta forma, la venta de ‘malware’ del ciberdelincuente ruso en algunos rincones de la internet oscura o el propio robo de dinero estaría siendo protegido por algunas agencias rusas, según The New York Times.

En caso de confirmarse, la situación vendría a demostrar que los ciberdelincuentes podrían ser reclutados para servir a la guerra cibernética entre las principales potencias mundiales, causando a su paso víctimas entre usuarios y compañías que pueden ver cómo roban su información privada, datos confidenciales o incluso dinero, lo que hace más indispensable que nunca contar con las herramientas necesarias para garantizar la seguridad de todos aquellos bienes susceptibles de ser robados en un ciberataque que, quién sabe, podría estar coordinado por todo un señor de la ciberguerra protegido por su Gobierno a cambio de ciberespionaje.