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Google decidió que su coche sin conductor tuviera, además de radares, cámaras o sistema de posicionamiento GPS, un potente ojo encima del vehículo capaz de contemplar toda la escena girando 360º. El LIDAR (‘Light Detection and Ranging’) detecta las distancias mediante un haz de luz láser, creando un completo mapa 3D de los elementos que rodean al vehículo.

Pese a que esa tecnología dota al coche del sentido de la vista y le permite circular por sí mismo sin cometer errores de los conductores humanos, los fabricantes de coches autónomos no pueden cantar victoria: los sensores LIDAR no son seguros. Así lo ha demostrado el experto en seguridad Jonathan Petit, que ha descubierto no solo que el sensor LIDAR es vulnerable, sino que además puede ser burlado de una forma extremadamente sencilla.

Este investigador ha logrado engañar al sensor con tan solo un puntero láser y un generador de pulsos, que, según ha asegurado, puede sustituirse por una Raspberry Pi o un Arduino. Timar a los coches autónomos sale realmente barato: solo hacen falta 60 dólares (unos 53 euros).

Con este sistema, los potenciales atacantes podrían hacer creer al automóvil que hay una pared, otro coche o una persona a su lado, obligándole a reducir la velocidad. También podrían mandarle tal cantidad de señales falsas que el coche decidiera detenerse por completo por temor a chocarse con los inexistentes obstáculos.

Mientras que los radares operan en frecuencias reservadas, razón por la cual son menos vulnerables, Petit pudo grabar fácilmente los pulsos láser reflejados por un sistema LIDAR comercial e imitarlos después. Ha logrado hacer varias copias de los obstáculos simulados e incluso moverlos confundiendo constantemente al sensor, que cree que el espejismo es real desde los 20 a los 350 metros de distancia.

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Este experto en seguridad presentará todos los detalles de su investigación en la próxima conferencia de seguridad Black Hat Europe, que se celebrará el próximo mes de noviembre en Ámsterdam, aunque por el momento ya ha dejado en evidencia al que es uno de los elementos estrella de estos vehículos.

El coche de Google utiliza un LIDAR de Velodyne, una compañía de Silicon Valley que ha desarrollado un dispositivo capaz de almacenar más de un millón de datos cada segundo, proporcionando al automóvil información vital para continuar su camino sin problema alguno.

El útil invento no es precisamente económico: cada unidad cuesta unos 85.000 dólares (más de 75.000 euros). Así que esta investigación demuestra que el precio no importa: incluso los sistemas más caros tienen vulnerabilidades.

Aunque por el momento sus ataques se limitan a una unidad específica, este experto argumenta que los fabricantes deben pensar ya en la seguridad de los automóviles sin conductor y tomar las máximas medidas de seguridad posibles si quieren evitar que sean potenciales peligros en la carretera. “Si un coche autónomo tiene entradas mediocres, tomará decisiones de conducción mediocres”, critica Petit.

El problema podría resolverse con un sistema más fuerte que detecte esos comportamientos,  comprobando mejor los datos y filtrando los que no son plausibles. “No creo que los fabricantes de coches lo hayan hecho todavía. Esta podría ser una buena llamada de atención para ellos”, defiende este investigador.

Además del gigante de Mountain View, Lexus, Mercedes, Audi y otros fabricantes también están probando sistemas LIDAR en los prototipos de sus coches sin conductor, por lo que tendrán que tener muy en cuenta los potenciales agujeros de seguridad de sus vehículos si pretenden que en un futuro disfrutemos del viaje sin estar al volante.