Este nuevo ransomware asociado al popular videojuego PlayerUnknown’s Battlegrounds (PUBG) no es más que una broma, pues no pide ningún tipo de rescate monetario para desbloquear los archivos secuestrados

Existen muchos tipos de virus informáticos o “malware” que nos pueden llegar a hacer la vida imposible si no vamos con cuidado cuando navegamos por la red o no estamos bien protegidos. Desde spywares hasta caballos de Troya pasando por las peticiones de hacer Bing nuestro buscador por defecto cada vez que actualizamos Skype (bueno, esto último no es un virus, pero hay que ir con cuidado igualmente). No obstante, los ransomware están más de moda que nunca por la posibilidad de lucrarse mucho con ellos y el caso de uno que te obliga a jugar a PlayerUnknown’s Battlegrounds (PUBG) dice mucho de la creatividad que muestran los malhechores del siglo XXI.

Como norma general, un ransomware no es algo que se pueda tomar a la ligera. Es un virus, al fin y al cabo, pero la principal diferencia respecto a los demás tipos es que no destruye datos, sino que los encripta o lo que es lo mismo, mantiene “secuestrados” los archivos de la persona afectada. Las personas detrás de este malware solo necesitan facilitar la clave para devolverlos a la normalidad después de haber recibido lo que habían ido a buscar. De hecho, es posible que recordéis que hace poco menos de un año el ransomware WCry o WannaCry azotó al mundo entero y puso en peligro miles de ordenadores, pero el caso que nos atañe ahora con el videojuego PUBG no llega a ser para tanto.

Gracias al hallazgo de MalwareHunterTeam conocemos la existencia de este virus cuya principal característica es encriptar todos los archivos y carpetas que tengamos en el escritorio, añadiendo la extensión .PUBG, para a continuación “obligarnos” a jugar al popular videojuego PlayerUnknown’s Battlegrounds durante una hora. Y entrecomillo el verbo obligar porque las instrucciones del ransomware dejan claro que también podemos teclear un código en el campo adecuado para dejarlo todo tal cual estaba. Es decir, este malware se trata desde el principio de una broma aparentemente inofensiva.

Concretamente, el mensaje con el que pretende convencernos de que rescatemos los datos que tiene como rehenes dice, en un inglés mal escrito, que PUBG Ransomware ha encriptado nuestros archivos. Sin embargo, nos aclaran que no nos quiere preocupar porque no quieren dinero y que, con jugar una hora a PlayerUnknown’s Battlegrounds o poner un código que nos facilita, los podremos desencriptar.

Así que, si no nos apetece jugar a PUGB, siempre podemos pasar del tema escribiendo esa serie de números donde toca. Y si queremos indagar más en el código para ver cómo detecta si estamos jugando o no, los expertos de MalwareHunterTeam han averiguado que sencillamente monitoriza si el archivo TS1Game (el ejecutable que inicia el propio juego) se ha lanzado o no.

Además, si deseamos evitar este ransomware en concreto de una forma especial y aunque en las instrucciones ponga que estamos obligados a jugar durante una hora, es posible nombrar cualquier otro archivo como TS1Game.exe y ejecutarlo, porque solo necesita 3 segundos para detectar que la acción se ha completado de manera satisfactoria.

Una vez se haya cumplido el requisito, ya sea con este sencillo truco o directamente jugando una partida a PUBG (porque siempre es posible que no necesitemos que un desconocido nos obligue para que nos apetezca jugar un ratito), el ransomware desencripta automáticamente los archivos secuestrados y podemos volver a disfrutar de nuestras vidas haciendo, qué sé yo, jugar al competidor directo de PlayerUnknown’s Battlegrounds, el también popular Fortnite, por ejemplo.

El caso es que no es la primera vez que aparece este tipo de virus asociado a un videojuego. En 2017 se tuvo constancia de otro que funcionaba exactamente igual que este con las diferencias de que no daba una clave para saltárselo y que el juego consistía en conseguir cierta puntuación en un matamarcianos muy difícil.

Ojo, que con la seguridad de nuestros sistemas no hay que jugársela y las bromas más inofensivas pueden terminar incrustando algún troyano que estaba muy bien escondido en el código y se activa a los pocos meses. Mejor jugar a videojuegos de la forma normal y no mediante amenazas que pueden llegar a infectar nuestros ordenadores.

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