Muchos usuarios están optando por comprar dispositivos reacondicionados, atraídos por el ahorro potencial y por la creciente sensibilización ambiental (dar una segunda vida a un equipo evita el gasto de materias primas). El problema en este tipo de compras es que el cliente no conoce la vida anterior de lo que adquiere, por lo que es difícil estimar el desgaste de sus componentes. Aquí va un resumen rápido de lo que debes saber antes de hacerte con un producto reacondicionado.

Evalúa su estado

Aunque en sentido estricto el término reacondicionado se aplica a cualquier producto que haya sido preparado para que funcione de nuevo, en realidad su definición es algo vaga: puede incluir desde productos devueltos por sus compradores que nunca se han utilizado, hasta dispositivos reparados que se revenden en el mercado de segunda mano. Eso implica que debes evaluar cuestiones como su desgaste (por ejemplo en móviles o portátiles las baterías pueden estar dañadas si han tenido muchos ciclos de uso), la limpieza e higiene, la antigüedad del modelo y el estado de sus componentes.

Comprueba la política de devoluciones, garantía

Es importante que conozcas la duración de la garantía y qué va incluido en ella, ya que no quieres encontrarte atrapado con una compra defectuosa. Legalmente, un producto usado tiene una garantía legal máxima de 12 meses, pero algunas webs la amplían a 24 meses equipándolo con componentes nuevos (siempre es preferible la garantía más larga). En la práctica ,siempre que lo adquieras en un establecimiento autorizado no deberías encontrarte problemas en este sentido, ya que todos los productos se venden con factura. Aunque también debes tener presente que los intermediarios pueden no garantizar que el fabricante se haga responsable de la garantía de algunos componentes. También es importante prestar atención al periodo de devolución: si no dispones de dos semanas para probar un producto reacondicionado con opción de devolverlo sin coste alguno no deberías arriesgarte.

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Qué tipo de producto es y quién ha realizado el reacondicionamiento

En general, lo más seguro es acudir al fabricante original: te aseguras de disponer del embalaje y las piezas adecuadas para que el producto sea lo más parecido posible a uno nuevo. Los grandes minoristas también suelen ofrecer un servicio fluido, al estar acostumbrados a gestionar entregas y devoluciones. Luego están los vendedores especializados en reacondicionamiento, establecimientos que se dedican en exclusiva a productos renovados a un precio adaptado. En este caso es una buena política es comprobar opiniones de gente que haya utilizado su servicio. Además, cuando recibas el producto, haz una inspección exhaustiva en cuanto lo abras.

Comprueba el ahorro real que vas a obtener

Desconfía de los descuentos ya que muchas veces están calculados sobre el precio original recomendado por el fabricante, que posiblemente ya esté desactualizado. Lo mejor es comparar la información de diferentes tiendas. También debes valorar el tipo de producto del que se trata, no esperes el mismo ahorro en todas las gamas. Verifica si la web que te ofrece el producto reacondicionado es una marketplace, es decir, una empresa que actúan como intermediarios entre un consumidor y un vendedor: en la mayoría de los casos la garantía y la posible devolución del producto la tendrás que gestionar directamente con el vendedor (que puede no estar España, ni en Europa…).