Las redes sociales, los videojuegos en línea, las plataformas de mensajería instantánea e incluso el correo electrónico son lugares comunes para menores en Internet. Y esto los ciberdelincuentes lo saben y utilizan perfiles falsos, ingeniería social y ofertas engañosas para ganarse su confianza e interactuar con ellos. 

Caso reciente que pone el foco en la seguridad infantil

David Baszucki. Lo mismo este nombre no te decía nada hasta hace unos días, cuando se viralizó la petición que exige su dimisión. El CEO de Roblox, una plataforma de juegos en línea, se enfrenta a una campaña en Change.org en la que se reclama su salida de la compañía y que ya han firmado más de 200.000 personas. ¡Qué le corten la cabeza! Pero, ¿por qué? Pues parece ser que Roblox no es sólo el patio de juegos de niños y adolescentes, sino que entre sus avatares se ocultan depredadores. Un youtuber conocido precisamente por cazar a estos delincuentes, Schlep, quería desenmascarar y no pudo porque se le expulsó de la plataforma. Y a partir de ahí, todo se desencadena y nos invita a preguntarnos: ¿cuáles son los caladeros en los que pescan estos agresores que ponen su foco en los niños?

Datos alarmantes sobre ciberdelitos contra menores

Sólo en 2023, y según arrojan datos del Ministerio del Interior, se registraron 4.896 denuncias por ciberdelincuencia con víctimas menores de edad. De las que 1.068 fueron de carácter sexual. Unas cifras que, aunque parecen alarmantes, son sólo ‘la punta del iceberg’, según organismos especializados. Porque hay muchos casos que no se denuncian. 

El impacto de la digitalización en la infancia

En el escenario actual, con una digitalización prácticamente consolidada tanto entre la población como en las empresas, sería absurdo pensar que se podría dejar al margen a niños y adolescentes. Móviles, tabletas y ordenadores son herramientas que nos conectan con otras personas y, en general, con el mundo. Y los menores también las usan.

Tanto que, según el estudio ‘El uso de las tecnologías por menores en España. 2023-2024’, elaborado por Ontsi, el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, para Red.es, el uso de Internet y de ordenadores y otros dispositivos está muy extendido entre las niñas y los niños. Y aumenta considerablemente con la edad: el 90% de la población de 10 años utiliza internet. Una cifra que se eleva hasta el 98,3% entre los adolescentes de 15 años. El ordenador y la tableta, y la disponibilidad del móvil siguen una tendencia similar. El 90,1% de la población de 1o años usa el ordenador o la tableta y el 21,2% tiene teléfono móvil, porcentajes que alcanzan el 95,5% y el 94,9%, respectivamente, a los 15 años. 

Brecha generacional y falta de comunicación

“El uso de estos dispositivos por parte de los menores no sería tan preocupante si los padres y tutores estuvieran al tanto de qué hacen sus hijos, con quién interactúan y por dónde navegan”, señala Hervé Lambert, Global Consumer Operation Manager de Panda Security. “Y, sobre todo, los riesgos serían menores si los adultos responsables hablaran con esos menores sobre ciberseguridad y les dieran unos consejos básicos para evitar caer en estafas y trampas que podrían ser muy peligrosas”.

La falta de comunicación y de prevención pueden explicarse en la brecha generacional y digital que hay entre muchos padres e hijos. “Muchos no dominan las aplicaciones, los juegos o las redes que usan los menores; o están desfasados”, dice Lambert. Y apunta quesin esa alfabetización digital es muy difícil acompañar y supervisar. Y otras veces el problema reside en la falta de tiempo y de herramientas por parte de los padres. En cualquier caso, ahora mismo los ciberdelincuentes que ponen su mira en los más pequeños tienen un amplio catálogo de fuentes de las que beber.

Mapa de los caladeros

Aquellos agresores que persiguen a menores pescan, sobre todo, en espacios donde los niños y los adolescentes pasan más tiempo. “Como las redes sociales, donde puede producirse la captación y desarrollarse el grooming. La mensajería privada, donde se produce un mayor número de chantajes y sextorsión. Plataformas de streaming, porque hay una exposición del menor en tiempo real y pueden monitorizar sus movimientos. Y los videojuegos en línea, porque el contacto es amigable y pueden coger confianza”.

Redes sociales: uno de los principales puntos de contactos

Según advierte Lambert,redes como Instagram, TikTok, Facebook o Snapchat son entornos muy frecuentados por menores. Lugares que consideran seguros y en los que comparten fotos, vídeos y datos personales que los ciberdelincuentes usan para obtener material íntimo”. Estas plataformas son uno de los mejores caldos de cultivo para los ciberdelincuentes. A través de perfiles falsos, engaños, regalos digitales y manipulación emocional logran ganarse su confianza. “Para luego pasar al grooming, la sextorsión o el ciberacoso, avisa el directivo de Panda. 

Mensajería instantánea y contacto privado

Otro de los caladeros habituales son las aplicaciones de mensajería instantánea tipo WhatsApp o Telegram.“Estas aplicaciones permiten un contacto directo, privado y difícil de supervisar por adultos”, indica Lambert, quien también señala que es en estos entornos donde “se suele producir los casos de sextorsión y el envío de mensajes sexuales no deseados”

Videojuegos online y chats asociados

Los videojuegos online y los chats asociados “también son escenarios propicios para establecer confianza con menores”, dice el experto. En este tipo de plataformas, los agresores suelen participar con perfiles falsos, haciéndose pasar por un jugador más de edad similar a la de aquellos a los que intenta engañar. Usando avatares o nicknames creíbles para integrarse en las partidas y buscan jugar varias veces con la misma víctima para generar confianza. En los chats de estos juegos “comienzan con charlas inocentes durante las partidas para, poco a poco, preguntar por temas personales e invitar al menor a pasar a chats privados”

Esta supuesta amistad que se establece entre agresor y víctima durante los juegos se forja, también a través de regalos y recompensas que el adulto le ofrece al menor. “A cambio, piden fotos, vídeos y más datos personales”, avisa Lambert. “O son el anzuelo perfecto para dirigir a las víctimas a webs falsas para robar credenciales e instalar malware. Si consiguen un contenido sensible, “no dudan en usarlo para amenazar con difundirlo entre los amigos del menor o en redes. Y aquí comienza la sextorsión o el chantaje”.

Los videojuegos online son especialmente atractivos para los ciberdelincuentes. “Porque son espacios con alta concentración de menores en los que se genera ambiente de confianza, ya que el juego se percibe como seguro y lúdico, hay más dificultad para la supervisión, ya que los padres rara vez monitorizan lo que ocurre en los chats de los juegos, y cualquiera puede entrar en una partida desde cualquier lugar del mundo”

Plataformas de streaming y foros

Las plataformas tipo YouTube, Twitch y TikTok Live “también son caladeros para los agresores de menores, porque logran interactuar con ellos en directo”, advierte el directivo de Panda. Y los foros y las comunidades virtuales también podrían considerarse en esta lista, porque son espacios poco controlados y el anonimato facilita el contacto sin dejar apenas rastro. 

Mediación parental

Prohibir nunca es la solución para proteger a los menores en Internet, porque genera lo que se conoce como el efecto ‘fruto prohibido’. Que no es otra cosa que invitar a los menores a buscar y utilizar internet a escondidas. Una situación que “les deja más expuestos porque lo hacen sin supervisión ni control de un adulto. Y desobedeciendo una norma explícita, por lo que, si hay algún problema, será más difícil que lo verbalicen para pedir ayuda porque no querrán confesar su falta”.

Educación y acompañamiento como clave preventiva

“Lo que deben hacer los padres y tutores de un menor para evitar que éste caiga en engaños es adquirir las competencias digitales necesarias y mantenerse actualizados en el uso seguro y responsable de la tecnología”, señala Lambert, quien cree que sólo de esta manera serán capaces de guiarle y acompañarle durante su uso de internet y protegerse de sus riesgos. 

La mejor prevención siempre será la educación y el acompañamiento. “Pero estos se deben combinar con normas claras, privacidad y uso de herramientas de control”, considera el experto. “Establecer tiempos de conexión razonables y adaptados a cada edad, supervisar en qué redes y a qué juegos están y con quién, definir desde pequeños qué se puede y qué no se puede compartir en internet; y, por supuesto, poner perfiles privados en redes sociales, desactivar la geolocalización en fotos y apps, y revisar que los videojuegos tengan chats moderados y activar filtros de seguridad”. Además, “siempre es recomendable el uso de aplicaciones como Google Family Link, Qustodio, Norton Family o los propios sistemas de control de iOS o Android, porque permiten limitar descargas, bloquear apps, controlar horarios y revisar la actividad online”.

Y, lo más importante, tener una buena comunicación con el menor. Para que, en el momento que algo raro le suceda mientras está en Internet, lo cuente y pida ayuda.