Como sabes, en La Piazza solemos dar consejos para mejorar la seguridad de los adolescentes. Sí, esas adorables criaturas, medio-niños, medio-adultos tan vulnerables a los peligros que entraña la red. Hoy hablaremos de cómo los padres pueden saber si su hijo adolescente pudiera tener un problema de adicción o pudiera estar haciendo un uso indebido de Internet. Bueno, en realidad, este artículo aplica a cualquier persona, independientemente de la edad, así que ¡lee atentamente!

Aunque no está demostrado clínicamente que exista una patología de adicción a Internet, éste es un debate en permanente discusión y creo que merece la pena detenernos un momento y analizar si pudiéramos estar usando de forma excesiva o inapropiada este medio.

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Voy a hacer un breve examen de conciencia. Veamos. En mi tiempo libre, yo navego por Internet una media de 40 minutos al día durante los días laborables y aproximadamente el doble durante los días del fin de semana. El uso que yo hago de Internet es informativo a la vez que lúdico. Me encanta leer las noticias de diversos medios nacionales y extranjeros así que para mí Internet es uno de los mejores inventos de la historia. Me permite ponerme al día bien sea a través de periódicos digitales o bien a través de redes sociales como puede ser Twitter.

Además, una buena amiga mía me recomendó hace tiempo el juego Apalabrados, al que confieso estar enganchada. Sólo me consuela pensar que es un juego instructivo del que disfrutamos toda la familia, a pesar de que ya han aparecido los primeros piques para ver quién “apalabra” mejor. El resto del tiempo que paso en Internet lo utilizo para buscar recetas, ver vídeos en YouTube, escuchar música y poco más. Mi marido también hace un uso parecido de la red y a mi hija, en plena pre-adolescencia, le gusta muchísimo escuchar música y jugar. También utiliza el ordenador a diario para realizar los deberes o los trabajos del colegio, pero más por obligación que por placer, así que eso no cuenta. Intentamos hacer un uso razonable que no nos impida realizar otro tipo de actividad diferente.

Pienso que una persona que se siente fascinada por su hobby, y en el que invierte cantidades ingentes de tiempo, tiene la posibilidad de aprender, fomentar la creatividad y comunicarse. Pero creo que la clave para que no se convierta en algo perjudicial se basa en hacer un uso consciente de Internet, en advertir que muchos juegos, vídeos, actividades, etc. tienen un componente adictivo y que sabiéndolo, es imperativo auto-racionarse para que no sea dañino. En casa ya sabemos que Apalabrados es adictivo, y que si no dijésemos ¡Basta!, probablemente pasaríamos horas y horas frente al ordenador y dejaríamos de hacer otro tipo de actividades juntos. La dificultad está en establecer el límite entre el uso intenso de la tecnología y la aparición de las consecuencias derivadas directamente de la actividad.

Para muestra un botón: dos adolescentes de Rocklin (California) drogaron a los padres de uno de ellos para poder librarse de la prohibición de usar Internet después de las 22:00 (ver historia completa, en inglés, aquí).

Así que, ¿con cuántas de las siguientes afirmaciones te identificas?

  • Pasas cada vez más tiempo conectado a Internet para estar de buen humor.
  • No logras reducir o controlar el acceso a la red, por mucho que lo intentes.
  • Inviertes una cantidad de tiempo notable en actividades relacionadas con Internet, (adquisición de libros, pruebas de nuevos navegadores, organización del material descargado, etc.).
  • Las actividades sociales, profesionales o de recreo disminuyen o desaparecen a causa del uso de Internet.
  • Permaneces conectado a pesar de saber que ello supone un problema persistente y recurrente de tipo físico, social, laboral o psicológico (privación de sueño, conflictos matrimoniales, negligencia laboral, sentimientos de abandonar a los seres queridos…).

¿Te atreves a compartir con nosotros cuánto tiempo libre inviertes en Internet? ¿Has dejado de hacer cosas por estar pegado al ordenador de forma compulsiva?