Cada vez están llegando el mercado más productos destinados al hogar y conectados a Internet. Y con ellos aparece la preocupación de que estos dispositivos se conviertan en una puerta de entrada para cibercriminales. Dispositivos activados por voz, cámaras inteligentes, cerraduras, termostatos e incluso televisores que en caso de caer bajo el control de hackers les permitirían escuchar tus conversaciones privadas o burlar la seguridad de tu hogar.

Uno de los elementos que hace que los objetos que forman parte de la Internet de las cosas (IoT) sean especialmente vulnerables a esos ataques es que se trata de productos autónomos. Y a diferencia de un ordenador portátil o un teléfono móvil, en los que se pueden instalar diferentes tipos de software de protección, cada dispositivo del IoT requiere métodos de seguridad propios, que en muchos casos todavía están en fase de desarrollo. Esto implica riesgos adicionales ya que hackear los dispositivos de tu hogar daría a un delincuente la posibilidad de monitorizar tus comportamientos y patrones -conocer cuándo hay gente en casa y cuándo estás ausente- poniendo en riesgo seguridad y privacidad.

En este sentido, un grupo de investigación de la Universidad Ben-Gurion (en Beersheba, Israel) decidió poner a prueba la seguridad de diferentes elementos del hogar -como monitores para bebés o timbres en puertas inteligentes- y descubrieron que era relativamente sencillo acceder a ellos. Sólo era necesario descubrir algunas contraseñas, un proceso que llevó a los analistas unos 30 minutos y que, en algunos casos, “sólo requirió una búsqueda de la marca en Google”.

Esto significa además que muchos de estos propietarios de smarthomes no están dedicando el tiempo necesario para cambiar las contraseñas predeterminadas de algunos elementos, abriendo una gran brecha de ciberseguridad. En otros casos, los ‘passwords’ eran muy débiles, lo que, según los expertos, implica que una vez que se obtiene la clave de un objeto, es fácil que la misma clave sirva para otras cuentas personales.

Los investigadores también han descubierto que podían controlar los distintos elementos de forma remota. Algunas de esas características, como reproducir música a todo volumen a través del monitor del bebé, parecen bastante inofensivas pero también implica poder encender una cámara y tener acceso a las imágenes, lo que abre la posibilidad de una importante invasión de la privacidad. Por otro lado, si un hacker toma el control de uno de sus dispositivos, también puede “bloquearlo para pedir un rescate”, exigiendo un pago (a menudo en forma de Bitcoin) a cambio.

Algunas ideas para mantener tu casa más segura

En primer lugar es recomendable comprar únicamente productos fabricados por empresas conocidas y en las que confíes. Muchos dispositivos que salen al mercado no cuentan con defensas suficientes y ponen en riesgo todo el sistema al que están conectados.

En una ‘smarthome’ cada producto tiene que considerarse con la misma importancia que se da a un ordenador o un teléfono inteligente. Asegúrate de que el software está actualizado y de que se ha personalizado la contraseña con un nivel de dificultad suficiente.

Las órdenes de voz enviadas a través de Internet suelen almacenarse indefinidamente para ayudar a los fabricantes a personalizar sus servicios, pero estos fragmentos también pueden incluir música o conversaciones en segundo plano que revelen información involuntariamente. Las principales marcas permiten revisar y borrar el historial de voz: hazlo regularmente.

Como precaución adicional se puede cubrir la cámara frontal del ordenador con cinta adhesiva opaca. En principio un portátil no envía vídeo a menos que se active una aplicación que solicite permisos, pero se sabe de algunos tipos de malware que activan la cámara de forma remota.

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