Con nuestros ‘smartphones’, somos muy celosos de nuestra privacidad, ya que tenemos almacenada nuestra vida en muy pocos centímetros cuadrados. Temblamos al pensar que nos pueda pasar como a Jennifer Lawrence y compañía, y que alguien pueda espiar hasta el último de nuestros recuerdos.

Pero no has de tener solamente miedo a eso: hay algunos programas espía que permiten incluso activar nuestro micrófono de forma remota para escuchar el sonido ambiente y grabarlo. Uno de los más famosos era StealthGenie, un software espía que actuaba como un troyano y que estaba disponible para iOS, Android y Blackberry. Permitía conocer la ubicación de tu móvil, escuchar tus conversaciones, extraer todos tus mensajes e imágenes e incluso activar el micrófono, pudiendo vigilar todos tus movimientos a lo largo del día.

Un vídeo de la compañía aseguraba que la aplicación ya contaba con 100.000 clientes satisfechos, aunque  se les ha acabado el chollo: el pasado mes de octubre el CEO de la empresa fue detenido en EE.UU. por promoción y venta de este dispositivo de monitorización oculta.

Es cuando menos paradójico que esta detención se haya producido en EE.UU., cuyo gobierno ha espiado ya los teléfonos de medio mundo, como hemos conocido gracias a Edward Snowden. Las revelaciones del exanalista de la CIA demuestran que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense espiaba los smartphones a través de todo tipo de sistemas, incluidas aplicaciones como Angry Birds. Perder el tiempo con tu móvil matando cerdos puede tener también su castigo.

Con una simple búsqueda, se pueden encontrar multitud de aplicaciones que prometen la monitorización completa del móvil del vecino. Así que la próxima vez que vayas al aseo, mejor no te lleves el teléfono móvil, por si acaso.

 

Investigadores de la Universidad de Stanford han querido estudiar cómo funcionan estas aplicaciones y la facilidad con la que nuestros micrófonos se pueden convertir en nuestro peor enemigo. Para ello, han desarrollado su propia aplicación, Gyrophone, que convierte nuestro giroscopio en un captador de vibraciones de sonido en frecuencias de entre 80 y 250 Hz, es decir, las de nuestra voz humana. Una forma de demostrar la facilidad con la que podemos ser espiados.

Utilizando esta app, han podido comprobar que se identifica tanto a la persona que está hablando como lo que está diciendo a través de la medición de las señales acústicas en las proximidades del teléfono. Los investigadores ya han logrado que el truco funcione en los dispositivos Android y ahora están probando con los iPhone.

Otras universidades también están preocupadas por los espionajes en teléfonos móviles. Investigadores del Citizen Lab de la Universidad de Toronto han estudiado el software espía italiano Hacking team. Ya han averiguado cómo consigue guardar toda la información del usuario, tomar capturas de pantalla, grabar el audio de las conversaciones, utilizar el GPS o activar el micrófono cuando estamos conectados a una red wifi pública.

Además, estos investigadores han demostrado la existencia de 350 servidores en 40 países de todo el mundo que almacenaban los datos de esta herramienta. ¿Usan casi todos los gobiernos y fuerzas del orden aplicaciones como estas para tenernos perfectamente controlados?

Si pensabas que los teléfonos pinchados en habitaciones de hotel, con un séquito de policías o ladrones de alto standing monitorizando todas las la conversaciones, eran un problema exclusivo de las películas de espías, estabas equivocado. Ya sabes que tu móvil, ese que mantienes siempre a pocos centímetros de distancia porque si no te sientes profundamente solo, es un potencial espía de todos los sonidos que emites en tiempo real. Solo te resta tener más cuidado con la seguridad de tu teléfono y rezar para que tu vida sea tan monótona que nadie tenga ganas de espiarla.

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