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La realidad de las mujeres en ciberseguridad

La presencia de mujeres en puestos del sector tecnológico lleva tres años estancada en el 25% del total de personal.

Durante los últimos años se ha escrito repetidamente sobre el papel de la mujer en el mundo de la ciencia y la tecnología. A pesar de que el progreso y la lucha por la igualdad son mantras que se repiten y que recordamos con frecuencia, el progreso en este sector parece haber alcanzado un techo decepcionante que permanece fijo desde hace tres años.

Cuando hablamos de puestos ligados al mundo de la informática, nos encontramos con que las mujeres suman un 25% del personal total, una cifra que se repite en el ámbito de la ciberseguridad según el último informe el Consorcio Internacional de Certificación de Seguridad de Sistemas de Información, (ISC)².

Esta cifra no es preocupante únicamente por baja, sino por haberse mantenido estable desde 2018. Sin embargo, aun dentro de esta estasis global, encontramos algunas mejorías. Por ejemplo, en América Latina la proporción se eleva hasta un 40%, y las sensaciones positivas las corrobora un 65% del personal del sector, que afirma que la plantilla femenina ha aumentado.

En este marco global, las demás regiones investigadas quedan muy por debajo de Latinoamérica. En Asia Pacífico, las mujeres representan el 30% del total de las plantillas dedicadas a la ciberseguridad; les siguen Europa, que apenas llega al 23%, y Norteamérica con un escaso 21%.

¿Cómo se puede acortar la brecha?

El talento es un motivo incapaz de justificar que la brecha de género sea tan grande en el mundo de la informática. De hecho, GitHub demostró que las mujeres eran por lo general programadoras más eficientes, ya que el 78% del código escrito por ellas resultaba funcional, mientras que los hombres quedaban cuatro puntos por debajo.

En la encuesta realizada por el ISC2, la respuesta más repetida como solución a este problema es promocionar las carreras STEM, acrónimo que en inglés significa “ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas”. Sin ir más lejos, en España apenas el 13% del alumnado de éstas carreras son mujeres, según la Organización de Estados Iberoamericanos.

Como ayudas para promocionar estas carreras entre las alumnas, se han propuesto ideas como la incorporación de orientadores con identidad de género, y formar a éstos mismos para que tengan la capacidad de promocionar de forma atractiva y motivadora las carreras STEM. A la orientación profesional además se le exige la capacidad de mostrar una imagen realista de la ciencia, así como ayudar a las estudiantes a descartar sus inseguridades frente a éste camino de futuro.

Sin embargo, el principal culpable de que las mujeres no opten por los estudios STEM según el OIE es el “techo de cristal”, la limitación que sufren las mujeres para acceder a puestos altos dentro de sus organizaciones. Una situación que marcha al contrario de lo que demuestran los datos, ya que en 2007 Catalyst demostró que las empresas con al menos 3 mujeres en sus juntas directivas consiguen mejores resultados económicos. No obstante, aunque despacio, la cantidad de mujeres directivas continúa creciendo en el sector tecnológico.

Desde Panda Security te animamos a que busques tu camino en el sector de la ciberseguridad. En este sentido asociaciones, listas de Twitter, grupos de LinkedIn y encuentros de mujeres en ciberseguridad suponen un punto de encuentro. Cualquier mujer que quiera conectarse e interactuar con sus colegas puede interesarse en uno de los siguientes grupos:

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