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Los “wearables” están de moda. Relojes inteligentes y pulseras de actividad o ‘fitness trackers’ se están colando en las vidas de millones de personas, ampliando las funcionalidades que ya les ofrecían los ‘smartphones’.

Las ventas de tecnología ponible (que así ha de llamarse en español) o “wearables” se han incrementado un 60% en el primer trimestre de 2016, según la consultora IDC, en buena parte gracias a los dispositivos que monitorizan la salud y el ejercicio físico. Además, los precios se van reduciendo a poco a poco, acercando relojes, pulseras y otros accesorios inteligentes a todos de los bolsillos.

Con compañías como Fitbit, Xiaomi, Garmin, Samsung o Apple a la cabeza, este mercado está llamado a ser uno de los más rentables en los próximos años, cuando los expertos prevén que se produzca su despegue definitivo. De hecho, según un estudio de PwC, el número de usuarios de ‘wearables’ ya se ha duplicado en los últimos dos años.

Las Navidades de 2015 fueron un periodo clave para su expansión y las próximas podrían suponer la consolidación de la tendencia, aunque siguen siendo muchos los usuarios que, tras comprar un ‘wearable’, se cansan a los pocos meses y lo dejan abandonado en un cajón.

Pronto podremos proyectar la pantalla de los ‘wearables’ sobre la piel humana.

Una de sus principales desventajas, el reducido tamaño de sus pantallas (cuando las tienen), podría encontrar solución muy pronto en la tecnología que permitirá proyectar la información del ‘wearable’ sobre la piel humana, convirtiendo el propio brazo del usuario, o alguna otra parte de su cuerpo, en una extensión de la interfaz. Sin embargo, hay otros factores que aún limitan el alcance de la tecnología ponible, entre ellos la ciberseguridad.

Por desgracia, los datos que manejan estos dispositivos (movimientos del usuario, ritmo cardíaco…) son de gran interés para los cibercriminales, que pueden deducir muchas cosas sobre sus posibles víctimas si logran sustraer la información de sus ‘wearables’. Además, un buen número de investigadores y expertos advierten de la gran cantidad de vulnerabilidades que aún sufren, por ejemplo, los relojes inteligentes. Si un atacante consigue aprovecharlas, podría incluso descubrir el PIN de tu tarjeta de crédito.

 

Un atacante podría utilizar tu reloj inteligente para averiguar el PIN de tu tarjeta de crédito.

Los ‘wearables’ no son tan robustos desde el punto de vista de la seguridad como nos gustaría. Por eso, su protección resulta si cabe más importante que la de cualquier otro dispositivo. Afortunadamente, ya hay empresas especializadas en seguridad, como Panda Security, que empiezan a pensar en los ‘wearables’ a la hora de diseñar sus antivirus.