Si tus empleados son, como buena parte de los usuarios, de los que posponen cada actualización del sistema operativo, la flota móvil de tu empresa está en riesgo, sobre todo si los dispositivos que utilizan son Android. Cada vez que un móvil con el ‘software’ del famoso robot verde notifica que es necesaria una actualización, son muchos los que deciden esperar a que otros usuarios lo prueben para saber las consecuencias.

Parece algo sensato, pero este virtuoso objetivo también puede poner en peligro la seguridad de tu empresa. Para empezar, y teniendo en cuenta que la penetración de los teléfonos móviles con Android es mucho mayor que la de iOS, lo más probable es que muchos de los móviles corporativos estén equipados con el ‘software’ de Google, lo que ya puede suponer un riesgo por sí mismo: los de Mountain View tardan más que Apple en lanzar actualizaciones con parches de seguridad cuando se detecta una vulnerabilidad.

Más allá de lo que tarde la propia compañía, la fragmentación de los Android hace que la velocidad de reacción ante un riesgo sea aún más baja. No basta con que Google lance su actualización, sino que luego tendrá que ser adaptada para la marca y el modelo concreto que usan tus empleados. En definitiva, un parche de seguridad para Android tarda ya lo suficiente en llegar como para, además, decidir posponer la actualización del dispositivo.

Por otro lado, lo cierto es que también hay quienes recomiendan dejar pasar algo de tiempo para ver cómo reacciona cada teléfono móvil ante una nueva actualización. Este consejo, que en principio es totalmente desaconsejable para la seguridad de los teléfonos corporativos, tiene una razón de ser: algunos modelos de gama media pueden perder cierto rendimiento o incluso algunas funciones al instalar en ellos una nueva versión del sistema operativo.

Consejos para salvaguardar tus dispositivos móviles corporativos

Este hecho pone de relieve varias necesidades en el seno de cualquier empresa que pretenda preservar la confidencialidad de sus datos y no ponerla en riesgo por una mala decisión. Por una parte, es clave que los empleados tengan a su disposición teléfonos móviles potentes y renovados, que no vayan a correr peligro en caso de actualización y que cuenten siempre con la protección adecuada.

Otro aspecto relevante es transmitir a los trabajadores la importancia de actualizar el ‘software’ móvil en cuanto una nueva versión está disponible. Además, para hacerlo sin miedo a perder nada, lo ideal es dejar claro que es imprescindible hacer copias de seguridad de todo lo importante antes de instalar la actualización, e incluso proceder a borrar datos de caché para evitar que el dispositivo baje su rendimiento con la nueva versión. Todo, para poder tener móviles corporativos seguros y salvaguardar la información de la empresa.