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Se acerca la fecha. La próxima versión del sistema operativo de Microsoft verá la luz el 29 de julio en forma de actualización gratuita para todos los usuarios de Windows 7 y 8/8.1. El sector corporativo tendrá que esperar un poco más: la próxima edición de Windows Enterprise llegará más tarde, pero también estará también disponible a lo largo de 2015.

La campaña de la ‘vuelta al cole‘, con su tradicional aumento de las ventas de ordenadores, es el escenario escogido por los de Redmond para desplegar su nueva y esperada apuesta, un software que cuatro millones de usuarios han probado ya en su etapa ‘beta’ gracias al Windows Insider Program. Es un producto sin terminar, con muchos detalles por pulir, pero ya permite esbozar lo que serán las líneas generales del nuevo sistema operativo.

Más allá de la integración de Cortana (el asistente virtual de Microsoft que planta cara al archiconocido Siri de Apple) o el estreno de Edge (el sucesor del ínclito navegador Internet Explorer), algunas novedades de Windows 10 son especialmente interesantes en lo que respecta a la seguridad.

Por un lado, lo que ya os hemos contado: la tienda virtual de Windows incluirá apps de Android y Apple que deberán superar estrictos controles para incorporarse al ecosistema Windows. Por otro, el catálogo de medidas de protección aumenta. Estas son las tres más relevantes:

Device Guard en Windows 10

Es el encargado de vigilar el acceso de las aplicaciones a Microsoft. Básicamente, dará el alto a todos los programas que no estén firmados por sus creadores y la propia tienda de Windows, y solo dejará pasar a las que demuestren ser de confianza.

“Para proteger a los usuarios del malware, siempre que una aplicación sea ejecutada, Windows determinará si esa app es de confianza, y se lo notificará al usuario sí no lo es”, ha explicado Chris Hallum, experto en seguridad de Microsoft.

Además, la toma de esta decisión se llevará a cabo de forma aislada, en un entorno diferente, de tal forma que la máquina estará protegida de las aplicaciones maliciosas incluso si un atacante ha logrado comprometer el resto u otra parte del sistema.

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Windows Hello en Windows 10

Que la biometría es el futuro de la identificación es algo que ya a nadie se le escapa, y Microsoft no iba a ser menos. Al tiempo que Google anunciaba que su próximo sistema operativo móvil, Android M, será compatible con lectores de iris y huella dactilar, la compañía que dirige Satya Nadella preparaba la próxima versión de Windows para dar la bienvenida a estos sistemas de autenticación.

Adiós a las contraseñas, claro, pero solo si los fabricantes se ponen las pilas. Para que los usuarios particulares y los trabajadores de una empresa puedan demostrar su identidad gracias a la biometría, los ordenadores tendrán que incorporar escáneres capaces de leer la información. De momento, todas las máquinas provistas de la cámara RealSense 3D de Intel serán compatibles con el reconocimiento facial, que permitirá, entre otras cosas, iniciar el sistema sin introducir clave alguna o desbloquear Passport sin necesidad de PIN.

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Passport en Windows 10

Aquí el segundo clavo que Windows 10 coloca sobre el ataúd de las antiguas contraseñas. Primero habrá que desbloquearlo, demostrando que es el propietario quién está a los mandos del dispositivo gracias a un PIN o a la ya citada información biométrica que recoge Windows Hello. Después, este pasaporte digital de Microsoft permitirá navegar por dentro y fuera del sistema operativo sin tener que introducir una clave en cada aduana.

Aplicaciones, redes sociales, páginas de comercio electrónico… Casi todo lo que hoy pide una contraseña sabrá mañana que eres tú quien quiere entrar…y no un impostor con malas intenciones.