El ‘phishing’ sigue campando a sus anchas por internet y causando estragos en las corporaciones de todo el mundo. De hecho, no solo continúa siendo uno de los principales problemas a los que debe enfrentarse cualquier compañía con una mínima actividad en la Red, sino que, además, su presencia cada vez es mayor.

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Tanto es así que, según un reciente estudio, en el último año han sido identificados más de un millón de ataques de este tipo. Eso quiere decir que, de promedio, cada 30 segundos el ‘phishing’ está siendo utilizado para tratar de obtener dinero de empresas y particulares. En el caso de las organizaciones, el daño provocado por esa ingente cantidad de ataques roza lo dramático: el coste total de estos ataques para las compañías supera los 9.000 millones de dólares, algo más de 8.000 millones de euros al cambio actual.

El coste de estos ataques en compañías supera los 9.000 millones de dólares.

Así, más allá de contar con la protección adecuada, se hace más necesario que nunca que las compañías sigan ciertos consejos para evitar ser víctimas de uno de estos ataques que podrían repercutir de forma negativa en sus cuentas. Verificar la fuente de la que proviene cada correo electrónico y no acceder a la web de un banco desde un enlace incluido en un email son algunas de las actuaciones básicas para no caer en la trampa de los ciberdelincuentes.

Si estas y otras precauciones son imprescindibles es porque esa cantidad de ataques de ‘phishing’ es hoy alarmantemente superior a la de hace solo un año. Sin ir más lejos, en el segundo trimestre de este 2016 se han identificado más de medio millón de ataques distintos, lo que supone un incremento del 115 % respecto al primer trimestre. Además, la comparación con el mismo período del año 2015 es todavía más preocupante: el aumento ha sido de un 308 %.

En el segundo trimestre de 2016 los ataques han incrementado un 115%

Ante esta situación, se hace imprescindible que las corporaciones conciencien a sus empleados para que estos solo introduzcan datos confidenciales en sitios web de confianza que, como toda página segura, comiencen con el imprescindible HTTPS. Los ataques de ‘phishing’ son cada vez más y también evolucionan: ahora, por ejemplo, no solo tienen como objetivo suplantar identidades en redes sociales o robar dinero en cuentas corrientes, sino que también son utilizados por los ciberdelincuentes para hacerse con el dinero de monederos electrónicos.