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Con la llegada de la Navidad, muchos de los empleados de tu compañía cambiarán de teléfono móvil en los próximos meses. Algo tan sencillo y aparentemente inofensivo como un regalo (o una compra propiciada por los descuentos del ya popular Black Friday), en realidad podrían estar poniendo en peligro la seguridad de tu empresa, especialmente si en ella se fomenta que los trabajadores utilicen sus propios ‘smartphones’ para cuestiones corporativas.

Así, la estrategia BYOD (‘Bring Your Own Device’), si no está bien gestionada, puede poner en jaque la confidencialidad de la información corporativa cuando alguno de los miembros de la plantilla decida cambiar de terminal. No ya porque los nuevos dispositivos de tus empleados no cuenten de serie con la protección adecuada, sino por el destino que puedan tener los teléfonos móviles que utilizaban hasta el momento y, sobre todo, los datos que lleven en su interior.

De hecho, es imprescindible concienciar a los profesionales de tu compañía de que deben eliminar por completo la información que almacenan en su viejo móvil antes de deshacerse de él. Si bien resulta habitual vender el antiguo para hacer que la adquisición del nuevo dispositivo resulte más barata, este simple movimiento de compraventa entraña ciertos riesgos que deben prevenirse.

Antes de vender un móvil siempre hay que borrar por completo la información que en él se almacenaba.

Al fin y al cabo, ese dispositivo puede tener almacenados en su memoria documentos confidenciales o, lo que es aún peor, podría permitir todavía el acceso a las cuentas de correo electrónico de su antiguo propietario, abriéndole así las puertas del corporativo a un completo desconocido. A todo ello se le suma, claro está, la información personal e igualmente privada que podía almacenar en el dispositivo el empleado en cuestión.

De esta forma, no solo es importante hacer que los empleados tengan la seguridad necesaria en sus móviles, sino también explicar cómo debe gestionarse la venta de uno antiguo. Para empezar, es necesario hacer una copia de seguridad de todo lo que se guarde en el teléfono y, además, extraer la tarjeta de memoria y la SIM.

Una vez hecho esto, tanto los móviles con Android como los iPhone ofrecen una forma de eliminar de forma definitiva todo lo guardado en ellos. Se trata de la opción que permite restablecer los datos de fábrica que podemos encontrar en los ajustes de ambos sistemas operativos.

Cualquier móvil que almacene datos de una empresa ha de ser vendido sin contener información confidencial. Esta es la mejor manera de evitar que un regalo navideño se le atragante al propietario del nuevo móvil (o a la empresa para la que trabaja). No obstante, en caso de olvido, siempre cabe la posibilidad de realizar una eliminación de datos remota, eliminando así todo lo que contenga el móvil aunque ya esté en manos de una tienda. Sin embargo, lo ideal es que este solo sea el plan de emergencia al que no hace falta recurrir.