A medida que el comercio online sigue creciendo exponencialmente cada año, el papel de los robots en el funcionamiento del sector cobra mayor importancia. Los gigantes de la industria han llegado a un punto en el que necesitan entregar cientos de paquetes cada segundo para mantener el ritmo de venta. Y para conseguirlo, las grandes multinacionales del e-commerce dependen del desarrollo de una nueva generación de robots avanzados, más inteligentes, especializados y colaborativos.

Tareas de almacenaje, transporte o inventario comienzan a estar, en muchos casos, automatizadas y ya no requieren de ninguna asistencia por parte de humanos. Además, en estos últimos años se empieza a ver brazos robóticos realizar una tarea que antes no podía ser realizada por máquinas: la clasificación de objetos de diferentes formas y tamaños para preparar grandes pedidos. Esta automatización de los procesos, que persigue como objetivo el abaratamiento de costes y la eficacia de las entregas, está alimentando (indirectamente) un renacimiento robótico cuyas implicaciones van mucho más allá de los almacenes.

Por el momento, los humanos permanecen a cargo del paso final de llenar las cajas, aunque las máquinas están progresando rápidamente también en este aspecto, debido en parte a iniciativas como el Amazon’s Picking Challenge. En esta competición, organizada por Amazon Robotics, varios equipos prueban la destreza de sus robots manipuladores por un premio de 80.000 dólares.

Aprendizaje automático

Utilizando una técnica llamada aprendizaje por imitación, los ingenieros son capaces de mejorar el robot para demostrar la mejor manera de agarrar una amplia gama de objetos que encontrará en un almacén. Luego, una segunda técnica, conocida como aprendizaje de refuerzo, se activa. El robot toma lo que ha aprendido y, a través de ensayo y error, va mejorando, tanto a nivel de velocidad como de precisión, sin necesidad de programar y reprogramar en código cada tarea.

De esta manera se ha creado una convergencia de factores que se combinan para crear un renacimiento robótico, que ha dado un nuevo impulso a la investigación. Por un lado, se han mejorado de forma notable los sensores que permiten a los robots moverse en entornos dinámicos, que se han vuelto más sofisticados al tiempo que se ha abaratado su coste. Por otro lado, la AI ha mejorado enormemente gracias, en parte, a los avances del aprendizaje automático (machine learning), una técnica que está ayudando a mejorar también en otros campos como la seguridad informática.

Investigación y desarrollo

El comercio electrónico sigue creciendo e invirtiendo en mejorar la tecnología que lo hace eficiente. Y todo este proceso ha contribuido a reducir la brecha entre el mundo académico y la industria. Por ejemplo, la necesidad de una mejor colaboración entre el ser humano y los robots en los espacios de trabajo está obligando a las empresas a observar de cerca cómo integran las máquinas autónomas en la mano de obra, otro de los campos clave para la innovación del sector.

Y en este contexto, otros campos como la domótica siguen de cerca las evoluciones para incorporar mejoras. Los robots domésticos que comienzan a integrarse en los hogares gracias a los avances en la dómotica, siguen desarrollándose en paralelo a sus colegas en los almacenes. Máquinas cada vez más inteligentes y con una mejor capacidad de aprendizaje, en parte gracias al interesado impulso de las empresas que necesitan conseguir que las máquinas reconozcan, agarren y manipulen mejor una amplia gama de objetos para expedirlos con más facilidad. Así las grandes posibilidades de robótica, que se perfilan desde hace tantos años, pueden materializarse por fin gracias a la inversión generada por los compradores compulsivos online.

 

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