Cada vez que haces match con alguien en Tinder, cada vez que descartas un perfil y cada conversación que mantienes con alguien, la red social guarda toda esa información que, junto a la de los otros 50 millones de usuarios conforma un ‘big data’ de un valor inimaginable.

Con toda esa información, Tinder filtra los perfiles que mostrarte para ofrecerte una experiencia de usuario óptima. Es decir, destacará a personas que potencialmente te gustarán más que otras. De hecho, Tinder es capaz de saber si te gustan más las personas con un tipo de pelo, un color de ojos o su raza y filtra los perfiles que te muestra en función de esa información.

Asimismo, el análisis de las palabras que usas en tus conversaciones también sirve para ‘dibujar’ más aspectos sobre tu perfil. Pueden conocer tu nivel de educación e incluso pueden intuir tu situación económica.

Dicho de otro modo, toda la información que hay en Tinder sobre ti es una información híper personal a la que nadie fuera de la aplicación debería tener acceso. Entonces, ¿qué pasaría si alguien hackease la base de datos que almacena todo el Big Data de Tinder?, ¿qué ocurriría si Tinder usase toda esa información que posee sobre ti para obtener un rédito económico?

¿Qué pasaría si Tinder fuera hackeado?

El segundo escenario, el de ‘utilizar tu información con fines de marketing’, ya lo conocemos bien gracias a Facebook. Al igual que la red social de Mark Zuckerberg aprovecha todo lo que sabe de nosotros para ofrecernos una publicidad ultra segmentada y mostrarnos anuncios totalmente personalizados, Tinder podría mostrarnos, por poner un ejemplo, publicidad sobre el bar en el que solemos quedar con nuestras citas.

Sin embargo, el primer escenario, aquel en el que unos piratas accediesen al big data de Tinder, abriría un sinfín de oportunidades para el cibercrimen. En concreto, sabemos que la red social almacena tanta información sobre sus usuarios que, si se juntase toda en un informe, podría llenar cientos de páginas al año, según una información publicada por The Guardian.

Sin ir más lejos, en el mes de mayo unos hackers crearon un algoritmo con el que, tras analizar unos 40.000 perfiles, desarrolló una Inteligencia artificial capaz de acertar con muchísima precisión si una foto es de un hombre o de una mujer.

Aunque este hecho pueda parecer algo inofensivo, la realidad es que aplicándole variaciones a esa inteligencia artificial, los hackers podrían obtener información personal valiosísima de millones de personas con solo hacer una búsqueda en Google.

Más grave sería si los datos de Tinder se filtrasen como ocurrió este año con OkCupid (una app que pertenece al mismo grupo empresarial de Tinder). En concreto, en Dinamarca un hacker al que se relaciona con grupos racistas, accedió a 70.000 perfiles de usuarios de esta plataforma para establecer una conexión ‘empírica’ sobre la capacidad intelectual de las personas y su credo religioso. Toda la información sigue online a día de hoy.

Pero si unos hackers tuvieran acceso a toda la información que almacena Tinder sobre ti, podrían saber con cuantas personas has mantenido contacto a través de la red social, cuáles son tus tendencias sexuales o si eres un amante fiel o infiel.  Incluso, podrían filtrar partes de alguna conversación que, descontextualizadas, podrían dar lugar a malinterpretaciones.

“Es realmente importante que se asienten muy bien las medidas de seguridad que rodean al Big Data que manejan las empresas y organismos públicos.”

 

“Gran parte de todo el desarrollo tecnológico que está por venir estará relacionado con el Big  Data. Toda la información que somos capaces de analizar por medio de la computación generará oportunidades inimaginables y soluciones a problemas que ahora se nos antojan irresolubles. Sin embargo, la tecnología es una moneda de doble cara y su finalidad depende del uso que se le quiera dar. Por ello, es realmente importante que se asienten muy bien las medidas de seguridad que rodean al Big Data que manejan las empresas y organismos públicos. Si esta información cayese en malas manos, habría consecuencias nefastas” apostilla Hervé Lambert Global Consumer Operations Manager en Panda Security.