El auge del livestreaming entre niños y jóvenes durante la pandemia
El livestreaming es la difusión de vídeo en directo a través de Internet ante una audiencia en tiempo real. A diferencia de los servicios de videochat como Skype, los vídeos de livestreaming pueden ser vistos por una gran cantidad de personas al mismo tiempo, espectadores que pueden interactuar con el presentador mediante comentarios o reacciones.
Todo lo que se necesita es acceso a Internet, una cámara y una plataforma (una web o una aplicación) desde la que transmitir en vivo. Algunas de esas plataformas permiten que varias personas transmitan en vivo al mismo tiempo. Entre las más populares se encuentran YouTube, TikTok, Facebook Live, Instagram Live, Houseparty y Twitch TV.
El livestreaming como herramienta de creatividad juvenil
En los años anteriores a la pandemia, las retransmisiones en directo ya habían ganado popularidad entre los niños y los jóvenes. Les brindaban la oportunidad de convertirse en creadores, presentadores y de ser vistos por una audiencia potencialmente numerosa. Cualquier situación de su vida cotidiana puede retransmitirse en directo y sin demora a todo el mundo. Y esto resulta muy atractivo para las nuevas generaciones.
Y la pandemia de COVID-19 supuso un boom de las retransmisiones en directo. El brote de coronavirus detuvo casi todas las formas habituales de producción, eventos e interacciones humanas. Esto significó que todo el mundo tuvo que explorar nuevas formas de mantenerse conectado. Las redes sociales especializadas en livestream ganaron popularidad y las retransmisiones en directo proporcionaron a todo el mundo una nueva forma de comunicarse, compartir experiencias y desarrollar un sentido de comunidad.
Ese boom se produjo, no sólo en el mundo del entretenimiento, sino también en la educación. Y los diferentes confinamientos contribuyeron a que los niños y los jóvenes busquen formas aún más innovadoras de comunicarse y compartir contenidos con sus compañeros.
Una investigación encargada como parte del programa Safer Schools de Zurich observó un aumento del 17 % en las retransmisiones en directo entre los niños durante el primer confinamiento. Y señaló también que más de uno de cada cinco streamers interaccionaban con desconocidos en línea.
Riesgos del livestreaming
Dado que las retransmisiones se producen en tiempo real, los niños pueden sentirse presionados a actuar de determinada manera para asegurarse de que los espectadores continúan viéndolos, favoreciendo comportamientos extremos y/o impulsivos. También puede hacer que los menores se encuentren con contenidos inapropiados para su edad, como contenidos sexuales o violentos, especialmente si están viendo las retransmisiones en directo de otras personas, sin posibilidad de moderación o control parental en tiempo real.
Asimismo, como la mayoría de las transmisiones en vivo son públicas, cualquiera puede verlas y comentarlas. Esto significa que algunos espectadores pueden dejar comentarios ofensivos o inapropiados en sus feeds. La mayoría de las personas tiende a sentirse más seguras cuando están en línea, ya que se sienten protegidas por la pantalla. Los niños son más propensos a hacer o decir algo que no harían offline.
Exposición pública y vulnerabilidad online en menores
También deben ser conscientes de que su actividad deja una huella digital. Todo lo que hace o dice un streamer en directo puede ser grabado por sus espectadores y compartido más ampliamente en otras redes sin su conocimiento ni consentimiento.
También existe el peligro de que, durante el livestreaming, se comparta demasiada información personal. Las retransmisiones en directo pueden hacer que alguien sea visto por cientos o incluso miles de espectadores. Algunos de esos espectadores pueden tener la intención de dañar o explotar a niños y jóvenes. Pueden intentar manipularlos para que compartan más información sobre sí mismos o engañarlos para ponerles en situaciones comprometidas.
Por eso es importante que padres y profesores mantengan líneas de comunicación abiertas con los niños y jóvenes, sobre lo que hacen en Internet y sobre cómo pueden actuar para mantenerse seguros. Asegurarse de que sepan que pueden hablar con un adulto de confianza si se sienten preocupados o molestos por algo que hayan experimentado en Internet es una de las primeras líneas de defensa.
