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Claves para entender el Minimalismo Digital

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El minimalismo digital es una tendencia que invita a replantearse la utilización de la tecnología, centrada en dar prioridad a un uso consciente y a limitar las distracciones.

El minimalismo digital es una estrategia para ayudar a los usuarios a optimizar su uso de la tecnología y evitar que se sientan saturados por ella. El término se popularizó en un libro escrito por Cal Newport llamado Digital Minimalism: Choosing a Focused Life in a Noisy World (Minimalismo digital: elegir una vida centrada en un mundo ruidoso). En el libro, Newport invita a los lectores a determinar qué actividades digitales aportan valor. Así, un minimalista digital busca concentrar su tiempo en una pequeña cantidad de actividades optimizadas, un uso consciente de la tecnología con una intención clara. Sus defensores afirman que este enfoque presenta beneficios para el bienestar, además de reducir el cansancio y la distracción en el trabajo.

La pandemia del Covid-19 y el aumento del teletrabajo modificó los límites entre la vida profesional y personal para muchos. Amplificó una tendencia ya en curso, en la que muchas empresas fomentan –y a menudo exigen– la disponibilidad de sus trabajadores para responder mensajes y poder conectarse a dispositivos y redes a todas horas. Y las políticas de traer y llevar a la oficina un dispositivo individual (portátil y teléfono móvil) también contribuyen a la falta de límites digitales, ya que las notificaciones personales y profesionales fluyen en ese mismo dispositivo. 

En este contexto, la idea del minimalismo digital permite, tanto a los trabajadores de forma individual como a las empresas, ayudar a establecer límites y optimizar la tecnología para mejorar la experiencia profesional, la salud mental general y la capacidad de los empleados de llevar a cabo su labor.

¿Cómo aplicar el minimalismo digital ?

Hay tres etapas principales:

  1. Definir objetivos, reglas y valores tecnológicos. Cada persona debe decidir lo que quiere de la tecnología basándose en lo que valora y para qué quiere usarla. Algunos ejemplos de valores incluyen la conveniencia, la responsabilidad, la cooperación o la seguridad. En base a eso, se busca la repetición de cambios de comportamiento que apoyen esos valores y evitar aquellos hábitos que llevan a la adicción tecnológica.
  2. Marcarse un período de dieta digital. Permite revisar las prioridades y, como primera etapa, mantener únicamente la tecnología necesaria, es decir, aquella cuya eliminación causa perjuicio.
  3. Tras un periodo de reflexión, reintroducir la tecnología que apoye los valores, objetivos y el bienestar del usuario. No es lo mismo minimalismo que minimización. Minimizar es reducir lo más posible el tamaño de algo o quitarle importancia, mientras que el minimalismo es el acto de quedarse sólo con las cosas esenciales y recortar el resto. La tecnología es necesaria y el minimalismo digital no rechaza la tecnología, sino que propone una forma más reflexiva de utilizarla.

¿Cuáles son los beneficios del minimalismo digital?

Entre los beneficios personales y profesionales que conlleva el minimalismo digital están:

  • Más tiempo y energía. La hiperconexión, las interacciones de escaso valor con la tecnología, hacen que las personas estén sacrificando el tiempo de tranquilidad y escuchar a sus propios pensamientos. Los instantes de soledad y reflexión pueden servir para afrontar ansiedades, definir valores y reflexionar. Utilizar la tecnología indiscriminadamente resta atención a estas actividades, esenciales para la salud mental.
  • Equilibrio entre vida laboral y personal. Definir valores y monitorizar la utilización de la tecnología ayuda a los usuarios a compartimentar y optimizar las diferentes facetas de su vida. Esto puede ayudar a las personas a establecer límites y evitar que lo personal invada lo profesional, y viceversa.
  • Mayor concentración. Elegir qué tecnología realmente importa y eliminar distracciones que restan tiempo y atención. Esto proporciona a los usuarios más energía para dedicarla a tareas complejas, difíciles o más interesantes.
  • Menos costes. Un enfoque minimalista de la tecnología permite a los usuarios reducir el gasto de tiempo y dinero en aplicaciones de escaso valor y poca importancia.
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