Corea del Norte lanzó este fin de semana otro misil de medio alcance a sólo una semana de haber hecho un ensayo parecido la semana anterior, esta vez, con éxito. La tensión nuclear entre Corea del Norte y Estados Unidos provocada por las recientes amenazas del régimen de Kim Jong-un ha desencadenado un inesperado enfrentamiento entre ambas potencias. Más allá de responder con estrategias puramente militares, como el despliegue de naves con proyectiles capaces de interceptar los misiles coreanos, Estados Unidos ha apostado por la ciberguerra para combatir los amagos nucleares de Corea del Norte.

Al menos así lo afirma el diario británico The Sun, que señala como probable causa del fallo de los últimos experimentos coreanos con cohetes un ciberataque estadounidense. Si bien cabe la posibilidad de que el sistema balístico creado por el ejército norcoreano presente fallos sin haber sido saboteado, lo cierto es que desde que la Administración del presidente Obama apostara por los ciberataques para frenar las pruebas del régimen de Kim Jong-un en 2014, los lanzamientos fallidos han venido repitiéndose con cierta frecuencia.

Los  fallos en las anteriores pruebas norcoreanas podrían estar provocados por ciberataques estadounidenses

Así, Donald Trump habría heredado de su antecesor no solo un conflicto diplomático con el país asiático, sino también un plan para evitar una guerra nuclear gracias a los unos y los ceros. Según los expertos, la principal ventaja de la estrategia norteamericana se basa en que Corea del Norte no cuenta con la tecnología necesaria para fabricar sus propios misiles, por lo que se ve obligada a importar el ‘hardware’ especializado desde otros países.

De esta forma, los ciberataques estadounidenses podrían tener como objetivo las cadenas de suministro que atienden las necesidades del régimen norcoreano para instalar ‘software’ malicioso con el que comprometer los planes balísticos de la nación asiática.

Sin ir más lejos, según lo publicado en varios medios, el más reciente fallo en los lanzamientos de Corea del Norte habría sido provocado por la Administración norteamericana. Así, las unidades estadounidenses dedicadas a esta singular ciberguerra habrían detectado el lanzamiento y, posteriormente, habrían enviado instrucciones a través de los satélites de la NSA para activar el ‘malware’ con el que se habría infectado el misil norcoreano.

Así, el sabotaje del ‘hardware’ comprado por el régimen de Kim Jong-un se estaría convirtiendo en la principal baza estadounidense para evitar un conflicto nuclear. Una vez lograda la manipulación de los componentes tecnológicos instalados en los misiles coreanos, la activación del ‘software’ malicioso se produciría a través de ataques electromagnéticos o vía satélite, como en este último caso.

Sea como sea, parece que la época de los escudos antimisiles (sistemas balísticos que tienen los proyectiles enemigos como objetivo) con los que frenar ataques ha terminado. La primera potencia del mundo apuesta por la ciberguerra para combatir las armas más peligrosas que, supuestamente, tendría Corea del Norte listas para iniciar una guerra nuclear.