Las apps de juegos y los sites online son un filón para los hackers tan suculento como la banca

La industria de los videojuegos online no deja de crecer. Sólo en el último año, algo más de la mitad de los 1.200 millones de personas que jugaron a algún videojuego, lo hizo online. Este segmento de la industria de los videojuegos genera unos ingresos de 86.000 millones de dólares al año. Y ya lo sabemos, allá donde haya un negocio rentable, siempre habrá un delincuente intentando lucrarse de forma ilegal.

Tanto es así, que los hackers usan desde hace tiempo las mismas herramientas que usan para atacar a negocios tan maduros como la banca o el comercio electrónico, con el fin de abordar el mercado de los videojuegos.

Hace algunos meses la web de Steam, una de las más potentes en lo que a juegos online respecta, reconoció que los ciberdelincuentes hackean miles de cuentas de sus usuarios cada mes. Estos piratas suplantan la identidad de otros usuarios para comenzar conversaciones en el chat de Steam y mandar Spam que lleva directamente a la descarga de malware.

Por lo general, el hacker te manda un mensaje con un enlace a un vídeo. Al entrar en la página, aparece un visor en el que te piden que actualices a la nueva versión de Flash player para verlo. Cuando la persona hackeada descarga y abre el archivo no ocurre nada en el vídeo, pero sí dentro de su ordenador: literalmente, se ha descargado e instalado un troyano que permite el control en remoto de todo el ordenador.

Una industria muy “golosa” para los ciberdelicuentes

El enorme número de usuarios de juegos online y su potencial crecimiento hace que esta industria sea tan ‘apetecible’ para los ciberdelincuentes como otras tan maduras como el sector financiero. Los hackers saben bien qué hacer para engañar a los jugadores que, en un porcentaje muy alto, son menores de edad. En este sentido es crucial que los padres sirvamos de filtro de seguridad educando y enseñando a nuestros hijos que, al igual que no se habla con un desconocido por la calle, tampoco se habla con un desconocido que nos hable en la consola, el ordenador o en Whatsapp ”, señala Hervé Lambert, Global Consumer Operations Manager Panda Security.

Además, es imprescindible extremar las medidas de seguridad si se juega online y cambiar las contraseñas de manera periódica para evitar dejar puertas abiertas a los hackers.

Los juegos para móviles, otro punto de mira para los hackers

Otro sector que crece a ritmo de gigante son los juegos para móviles y ya en 2016 generaron más ingresos que sus hermanos para ordenadores y consolas.

En este segmento de videojuegos también es habitual el secuestro de cuentas a cambio de dinero, pero también está muy generalizada la venta de historiales de cuentas a otros usuarios. Es decir, entran al juego desde tu perfil, cambian el nombre de usuario y la contraseña y, posteriormente, lo venden a un tercero.

Mejor, no compres una cuenta de Class Royal con ‘King Level’

Por lo general, estos piratas atacan a usuarios que han alcanzado un nivel muy alto en el juego para luego venderlas de segunda mano en plataformas legales como Ebay o Wallapop.

Es probable que esos anuncios que se suelen ver en páginas de segunda mano en las que venden un usuario de Class Royale con ‘King level’ -el nivel más alto del juego- se traten de unas cuentas robadas. No es nada aconsejable comprarlas, entre otras cosas, porque hay muchas posibilidades de que el mismo hacker que te la ha vendido, te secuestre la cuenta luego a ti para que o le pagues un cuantioso rescate o se pondrá a gastar tu dinero en compras dentro del propio videojuego”, añade Hervé Lambert.

La situación del mercado

Aun así, no todos los juegos que se venden en este “mercado gris” de compra-venta de perfiles proceden del secuestro de cuentas. Como la demanda es bastante alta, ya hay personas generando negocios turbios alrededor de la generación de perfiles para su posterior venta. Por poner un ejemplo, en China se están creando “granjas de móviles”, en las que una persona juega durante una jornada laboral completa con decenas de móviles a la vez, para crear cuentas con un nivel de experiencia muy alta y venderlas de forma legal.

Aparentemente, no hay nada de ilegal pero se trata de un negocio que genera más de tres mil millones de dólares al año, según datos del Banco Mundial.